A la larga espera por la regulación del cannabis recreativo y medicinal, se le debe sumar otros factores que han impedido el desarrollo de este negocio en México como la corrupción y los altos índices de violencia, los principales enemigos de la industria mexicana del cannabis. Pese a ello, renombradas firmas tienen los ojos puestos en el país.
Canopy Growth, Biomedican y Aurora Cannabis son solo algunas de las empresas que se encuentran en lista de espera con miras a que, luego de la regulación puedan echar a andar la industria mexicana del cannabis.
De acuerdo con cifras del Informe mundial sobre las drogas 2020, el cannabis es la droga más consumida en el mundo, situación que se replica en México, donde 8.6 % de los ciudadanos afirmaron haber consumido cannabis al menos una vez en vida.
Cannabis, corrupción y violencia
Un artículo publicado por Aljazeera vislumbra los principales contratiempos a los que podrían enfrentarse estas grandes marcas de la industria cannábica al entrar de lleno en el mercado mexicano. La corrupción y la violencia lideran este recuento.
En entrevista con el citado medio, Luis Armendáriz, abogado comercial transfronterizo especializado en la industria del cannabis señaló que, es innegable que en México, todas las empresas, independientemente de su giro se enfrenten a amenazas criminales, extorsión o corrupción.
“Por ejemplo, buenos socios locales pueden guiar (a estas empresas) y representarlas y cerrar la brecha entre el gobierno y la forma en que funciona la cultura mexicana. Estos socios locales pueden ser cualquier persona, desde empleados o gerentes hasta socios de empresas conjuntas, creo que es una forma de mitigar el riesgo», enfatizó el jurista.
Y es que no se puede negar que, hacer negocios en México conlleva ciertas preocupaciones, pues nuestro país ocupa el lugar 124 de 180 en todo el mundo en el Índice de Percepción de la Corrupción 2020 de Transparencia Internacional.
Corrupción, producto del crimen organizado
Aunado a esto no hay que perder de vista que esta planta ha sido durante muchos años, la “pepita de oro” que alimentó las arcas de diferentes grupos criminales. Por ello, la esperanza es que, la legalización privará a los grupos delictivos de ingresos y reducirá las batallas por el territorio para cultivar la planta.
En tanto, para María Teresa Martínez, profesora e investigadora del Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM), el principal problema es la extorsión y la protección que ésta conlleva. Es decir, la inseguridad, corrupción y la extorsión constituyen un negocio redondo para los grupos criminales, porque éstos «venden» protección contra una amenaza que ellos mismos representan. Así que, la fuente de protección y amenaza es la misma.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) recalcan esta problemática, pues durante 2020, 33 mil 866 empresas reportaron haber sido víctimas del delito de extorsión, lo que significa que 688 de cada 10 mil negocios padecieron este problema, lo que convirtió a la extorsión en el tercer delito más común.
“Las amenazas a la seguridad para la industria legal del cannabis probablemente incluirán violencia del crimen organizado, concesiones extorsionadas a cambio de permiso para operar en áreas controladas por delincuentes y la amenaza de secuestro de personal. Es probable que haya amenazas de seguridad adicionales a lo largo de la cadena de suministro del producto, incluidos los canales de distribución», afirmó la catedrática.
Corrupción es producto del narcotráfico
Desde la perspectiva de Eduardo Arcos, analista senior de la consultora de gestión de riesgos Control Risks, es probable que la industria mexicana del cannabis enfrente desafíos de seguridad, dado que la producción de cannabis y su distribución representan un gran porcentaje de los ingresos de muchos carteles del narcotráfico.
Arcos precisó que la extorsión es el más grave problema para este tipo de compañías, sobre todo cuando comiencen a tener ganancias considerables. Lo más preocupante para este experto, es que estos grupos delictivos ejercen un control amplio sobre las actividades económicas en una región determinada y tienen la capacidad de interrumpir significativamente sus operaciones, por lo que las granjas de cannabis ubicadas en ciertas regiones podrían ser un blanco fácil de ataques.
Ante este panorama, Andrés Fajardo, presidente de la empresa multinacional de cannabis Clever Leaves, dedicada al cultivo ecológico a gran escala expresó que México debería copiar el modelo colombiano, país que también tiene altos niveles de corrupción y violencia.
La idea consiste en encontrar el lugar correcto para cultivar cannabis legal, regiones que no solo tengan las características agroindustriales adecuadas en términos de clima, humedad, sol, exposición a la luz solar, sino también en los que la violencia sea mínima y exista una tenencia de la tierra legal.
Corrupción amenaza turismo cannábico
Tal es el caso del municipio de Tetecala en Morelos, un pueblo donde el cultivo de cannabis se realiza ilegalmente desde hace 30 años, pero que debido a la corrupción y violencia que impera en la región, los productores temen que no puedan entrar en el negocio legal del cannabis.
A inicios de agosto, un grupo de cultivadores presentaron una solicitud de licencia para el cultivo ante la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Morelos (COPRISEM), con el objetivo de que Tetecala se convierta en el primer pueblo cannábico de todo México, lo que seguramente atraerá a millones de turistas.
Los agricultores aluden que, si la licencia para el cultivo legal se logra se le devolvería fuerza al campo a través de que el trato sea directo con las personas que transforman esta planta y con las personas que venderán y exportarán el cannabis.
Con información de Aljazeera, ChicagoTribune y El Sol de México
Foto: 2H Media / Unsplash
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