Las compañías de cannabis y biofarmacéuticas que ya cotizan en bolsa, lo sabemos, han mantenido desde el pasado año crecimientos meteóricos; esto, a pesar de la prohibición federal que todavía existe en todo Norteamérica.
Un reporte reciente del Marijuana Business Daily proyecta que, entre el 2016 y el 2021, la industria cannábica de Estados Unidos crecerá un 300%, hasta los USD$17,000 millones. La diferencia es, por lo tanto, más radical en este país: su uso medicinal y recreativo es legal en más de 30 estados, pero perseguida a nivel federal.
Lo mismo que Canadá: a pesar de que, en el país del norte, la planta será legal por los esfuerzos de su primer Ministro, dentro del primer semestre del año próximo, a nivel federal todavía es prohibida y perseguida. Esto da a pie a que, en los mercados, el nuevo comodity se comporte con una seria volatilidad.
Uno de estos picos increíbles se vio la semana pasada en los índices bursátiles de la Corbus Pharmaceuticals, una compañía cannábica biofarmacéutica que se dedica al desarrollo de un solo medicamento: el anabasum.
Este es un medicamento sintético, manufacturado con cannabinoides, de administración oral, que busca resolver y aliviar el dolor e inflamación crónicos causados por procesos de fibrosis. En los estudios de fase uno y dos que se han llevado a cabo sobre el medicamento, ha resultado muy positivo en el tratamiento de esclerosis y fibrosis sistémica; también, en los estudios de fase dos, demostró un gran desempeño en el tratamiento de Dermatomiositits (DM), una enfermedad autoinmune que causa inflamación, dolor y debilidad muscular.
La Corbus, con sus huevos en una sola canasta, y debido a la publicación de sus buenos resultados en estos estudios, estalló en la bolsa hasta 20% hacia la mitad de la semana pasada, y finalizando, acabó con un sólido 14% de crecimiento de sus acciones.
El motivo, como dijimos, la publicación de los estudios preliminares del anabasum, que demostraron, después de 16 semanas de trabajo, una mejoría de hasta 9.3 puntos, comparados con los tres puntos que arrojó el tratamiento con placebos. Además, el uso del medicamento no arrojó efectos secundarios visibles ni sintomatologías adversas a su ingesta.
Barbara White, doctora en jefe de la compañía, al respecto dijo: “nuestro estudio contempló a 22pacientes con DM, y ha arrojado resultados sumamente positivos. Muchos pacientes demostraron mejorías significativas, además que no presentaron efectos secundarios. Los datos de esta segunda fase de nuestro estudio, empatan positivamente con los de la primera fase, en donde encontramos mejorías para la esclerosis y la fibrosis sistémica. Por todo esto, estamos ya en charlas con las autoridades regulatorias, para ver qué camino vamos a seguir para el desarrollo del medicamento”.
La especialista también advirtió que los planes a largo plazo de la compañía contemplan que el anabasum sirva también para la fibrosis quística; si no lo consigue, no estaría muy claro si la compañía va a poder recuperar sus gastos de producción y sacar de hecho el medicamento para el consumo masivo. No obstante, la compañía mantiene altas expectativas, ya que todos los estudios realizados hasta ahora para la fibrosis quística, han resultado positivos.
Este, punto, no obstante, debe ser muy bien considerado por los inversores, ya que, de finalizar la compañía con pocas ganancias en efectivo, o de no terminar con el medicamento en el mercado, las acciones de la compañía podrían venirse abajo.
Lo que sí ilustra bien el caso de la Corbus, es el potencial de crecimiento bursátil que mantienen, y seguirán manteniendo durante un tiempo considerable, las compañías cannábicas o desarrolladoras de biofarmacéuticos a base del cáñamo.
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