Las propiedades antinflamatorias del cannabidiol (CBD) ayudan al tratamiento de diversos padecimientos, como es el caso de las afecciones de la piel. Por esto, los productos derivados como el aceite de CBD han comprobado su eficacia en el alivio de los principales síntomas.
Mejor conocido como CBD, este cannabinoide ofrece un amplio espectro de propiedades benéficas para algunas personas con piel sebácea, acné, sequedad o psoriasis, por lo que, a lo largo de los últimos años, diversas firmas cannábicas han desarrollado una gran variedad de productos que van desde aceites y tinturas hasta cremas.
Aceite de CBD: bueno para la piel
Antes de comenzar a evidenciar los beneficios que el aceite de CBD puede traer a la piel, es necesario precisar que proviene en su mayoría de las plantas de cáñamo, por lo que no produce un efecto psicoactivo, como es el caso del THC. De esta forma, una mayor cantidad de consumidores se han acercado a este tipo de tratamientos por considerarlo como algo seguro y los científicos han comenzado a estudiar sus propiedades.
En 2014, un equipo de investigadores en fisiología celular realizó un estudio exploratorio sobre los efectos del CBD en los sebocitos humanos, que son las células que crean el sebo, sustancia aceitosa y cerosa que produce la piel. La función primordial de este sebo es proteger la piel, pero, cuando se produce en exceso, es un factor predominante para que una persona desarrolle acné.
Los científicos suministraron CBD a sebocitos humanos cultivados y a cultivos de órganos de piel humana. El estudio encontró que el uso de este cannabinoide inhibió la formación de sebo en las glándulas sebáceas y suprimió la proliferación de sebocitos.
Otro estudio que comprobó las propiedades antibacterianas y antifúngicas del CBD fue realizado en 2016 por un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Luxemburgo. Los médicos encontraron que el aceite de CBD ayuda a prevenir el acné debido a infecciones en la piel.
Esta investigación quiso hacer notar que el desarrollo de productos con CBD con intereses terapéuticos y comerciales es algo tangible y que puede ser factible con ayuda de la biotecnología.
Aceite de CBD versus inflamación
Asimismo, en 2019, una investigación de la universidad de Modena, en Italia, encontró que la administración tópica de crema de CBD es una alternativa no invasiva segura y eficaz para mejorar la calidad de vida en pacientes con algunos trastornos inflamatorios de la piel.
El estudio se realizó entre 20 pacientes con dos trastornos cutáneos más frecuentes: psoriasis y dermatitis atópica, además de algunos que tenían cicatrices. A los pacientes les fue suministrando un ungüento tópico enriquecido con CBD para tratar las áreas de la piel lesionadas durante dos veces al día por tres meses. El resultado fue que la piel de los pacientes tuvo más hidratación, elasticidad y mejoró significativamente, sin que se documentaran reacciones irritantes o alérgicas.
Respecto a la resequedad en la piel, otro estudio de la universidad de Debrecen, en Hungría, halló que el CBD puede ser útil para tratar la sequedad y picazón en la piel. En este caso en particular, el aceite de CBD puede ayudar a calmar la piel y reducir la aparición de irritación, sobre todo en personas con piel sensible.
Finalmente, otro uso del aceite de CBD que podría ser muy atractivo para la mayoría de las personas son sus propiedades antienvejecimiento y antiarrugas. Una investigación del Instituto Nova en Alemania encontró que las propiedades antioxidantes del CBD ayudan en la disminución de los efectos sobre la piel del estrés oxidativo, que puede contribuir al proceso de envejecimiento. Por lo tanto, el aceite de CBD podría prevenir la aparición del envejecimiento en la piel.
¿Es legal usar aceite de CBD?
Respecto a la legalidad de estos productos, es preciso comentar que en la mayoría de los países su uso no está regulado, pero generalmente existe una disposición en el mercado para vender productos con menos del 0.3 % de THC. Aunque, vale indicar que estos no están regulados ni en su etiquetado ni en su composición química.
Para evitar malos ratos, es importante consultar a un profesional de la salud con el fin de determinar correctamente qué tipo de producto se debe utilizar, con qué frecuencia, cuánto usar y cómo aplicarlo. La dosis variará según el peso corporal de una persona y la potencia del aceite de CBD.
También es importante considerar la sensibilidad de los pacientes, pues, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque la mayoría de las personas generalmente toleran bien el CBD, existen algunos pacientes que registran efectos secundarios como boca seca, somnolencia, fatiga, diarrea o cambios en el apetito y en el peso corporal.
Con información de Medical News Today, Clinicaterapeutica.it, NCBI y Frontiersin.org Foto: Crystal Weed / Unsplash
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