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Cannabis medicinal: ¿cura el dolor crónico?

Foto: Lily Banse / Unsplash

Durante los últimos años, muchas investigaciones apuntan al uso del cannabis medicinal para curar el dolor crónico. Países como Reino Unido ya cuentan con una legislación a favor. Sin embargo, no todos los profesionales de la salud se atreven a recomendar tratamientos derivados de la planta.

La principal razón por la que el cannabis no se ha desarrollado como un medicamento potencial para tratar el dolor crónico es el desconocimiento. Pese a que diversas investigaciones médicas dieron pie al desarrollo de fármacos con origen cannábico, lo médicos siguen optando por tratamientos con opioides para disminuir el dolor crónico.

Tal decisión es punta de lanza de muchos inconvenientes, entre ellos, la adicción a este tipo de medicamentos que en el Reino Unido se traduce en más 500 000 pacientes adictos. Incluso, se ha considerado que este tipo de dependencia podría ser un problema de salud pública, ya que, con el paso del tiempo, los adictos tienen la necesidad de consumir analgésicos más potentes.

Cannabis contra el dolor crónico

Ante este panorama, científicos británicos apuestan por el desarrollo de medicamentos efectivos contra el dolor que no sean adictivos o tóxicos. En este sentido, la industria farmacéutica cannábica destaca el uso del delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), cannabinoide capaz de reducir la intensidad del dolor neuropático en diversas afecciones.

Como primer punto, es preciso comentar que el dolor es una sensación que se activa en el sistema nervioso cuando existe el riesgo de sufrir lesiones, es decir, como una forma de anticiparse. Existen diversos tipos de dolores que se pueden clasificar de la siguiente forma: por su duración, patogenia, localización, curso, intensidad, factor pronóstico de control del dolor y tratamiento farmacológico.

Sin embargo, el dolor se distingue entre agudo y crónico. El primero es el resultado de una enfermedad repentina, una inflamación o una lesión en los tejidos. Su diagnóstico es casi siempre temprano y su gravedad se puede limitar a un tiempo determinado. En cambio, el dolor crónico persiste durante semanas, meses e incluso años después de un evento doloroso inicial. Es resistente a la mayoría de los tratamientos médicos. Por esto, en este tipo de casos, el uso de cannabis significa una alternativa.

El dolor crónico en algunos casos también se cataloga como persistente, pues su duración es continúa día tras día, por lo que impacta con más fuerza en la calidad de vida del paciente. Debido a esto, el dolor persistente debe ser controlado con medicamentos para impedir que las personas dejen de realizar sus actividades cotidianas.

Foto: Andrea Bertozzini / Unsplash

El cannabis disminuiría el uso de opioides

Mediante un artículo publicado en HealthEuropa, Dean Billington, director de operaciones de Brains Bioceutical, firma dedicada a la investigación farmacéutica con cannabinoides, destacó el uso de cannabis para aliviar el dolor crónico y como una forma de disminuir la prescripción de opioides. Su uso se incrementó en 22 % durante la última década en Reino Unido.

Vale destacar que, desde noviembre de 2018, el uso de cannabis medicinal es legal en la nación europea. Sin embargo, una alta tasa de pacientes sigue recurriendo al mercado negro para aliviar este padecimiento, debido a la falta de educación sobre los medicamentos con base en el cannabis.

Otro punto en contra de la medicación cannábica libre son los trámites burocráticos que debe realizar una farmacéutica para vender los medicamentos (como tener una licencia), ya que, si este procedimiento no se cumple, los médicos no pueden prescribir dicho fármaco.

Foto: Pixabay

Fármacos con base en el cannabis

Es preciso indicar que, por el momento, solo existen tres fármacos derivados del cannabis que son propicios para tratar el dolor crónico, los cuales son legales parcialmente en Reino Unido y Estados Unidos. Por lo tanto, su uso en otras latitudes todavía se encuentra inmerso en la ilegalidad.

Entre los medicamentos preaprobados se encuentran Sativex para tratar la espasticidad relacionada con la EM, Epidyolex que disminuye las convulsiones en pacientes con síndrome de Lennox-Gastaut y síndrome de Dravet, y Nabilone que se utiliza para tratar las náuseas y los vómitos inducidos por la quimioterapia.

Para Billington, tal ilegalidad es ridícula, sobre todo viendo los avances en la industria farmacéutica cannábica, como el Proyecto Twenty21 que analizará a 20 000 pacientes que consumen cannabis medicinal para diversas afecciones, incluido el dolor crónico. Dicha investigación está respaldada por el Royal College of Psychiatrists y fue lanzada en noviembre de 2019.

Con información de HealthEuropa, Instituto Madrileño de Oncología San Francisco de Asís, breastcancer.org y brainsbioceutical.com

Foto: Lily Banse / Unsplash

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