La marihuana autofloreciente es un tipo de cannabis que florece automáticamente en función de las semanas de germinación, es decir, de su edad. Para que este tipo de planta crezca no importa la cantidad de horas de luz que recibe al día ni si está en el exterior o en interiores.
Marihuana autofloreciente
El tiempo promedio para que la marihuana autofloreciente alcance su período de floración es de entre 20 a 25 días, es decir, allí el cannabis mostrará los primeros signos de desarrollo. Es importante precisar que este es el tiempo máximo para que la planta florezca.
La cosecha de este tipo de marihuana usualmente se realiza entre 60 y 70 días después de la siembra, por lo que, si se cultiva en exteriores, es mejor realizar el proceso en los meses con mayor exposición a la luz solar: junio, julio y agosto si se encuentra en el hemisferio norte o diciembre, enero y febrero si se cultiva en el hemisferio sur.
Cabe destacar que la marihuana autofloreciente también puede ser cultivada en interiores, utilizando lámparas que proporcionen un lapso de luz de entre 18 a 20 horas al día para agilizar el crecimiento del cannabis, aunque también puede realizarse con un de mínimo 12 horas de iluminación al día.
Cómo surgió la marihuana autofloreciente
La historia de cómo surgió este cannabis híbrido es muy interesante, pues la marihuana autoflorciente es producto de la mezcla de variedades índicas o sativas (según sea el gusto) con la genética Rudelaris. El cannabis Rudelaris es una subespecie del cáñamo que nace principalmente en zonas frías como Europa Oriental y Asia Central, contiene bajos niveles de THC y sus medidas son adecuadas para cultivo interior.
Pese a que proviene de una subespecie de cannabis con bajos niveles de THC, la marihuana autofloreciente no siempre carece del efecto psicoactivo. Cada banco de semillas o cultivador le otorga aportes únicos a sus semillas. De acuerdo con esto, se identifican los niveles de THC o de CBD de la planta.
El primer cruce comercial estable y potente de mezcla autofloreciente fue diseñado por The Joint Doctor, mediante una variedad denominada Lowryder, la cual es cruza de la génetica de Rudelaris mexicana con una afgana y un selección de Williams Wonder de SSSC.
Como hasta ahora se ha demostrado, las posibilidades de cultivar marihuana autofloreciente con las características que necesitas son ilimitadas, pero depende mucho de tus necesidades (cantidad de THC o CBD deseada), el tipo de clima y el área de cultivo.
¿Marihuana en interior o en exterior?
Si decides realizar un cultivo en interior, se recomienda adquirir una maceta o un recipiente con capacidad de entre 7 y 11 litros. Y si es el exterior, un macetero con capacidad de 25 litros.
Las plantas de marihuana autoflorecientes son ideales para aquellos cultivadores que buscan la discreción, pues, dependiendo del tamaño de la maceta, será posible determinar el de la planta. Es decir, cuánto más grande sea la maceta, mayor altura alcanzará la marihuana. De ahí que el cultivador puede decidir tenerla en un balcón o buscar un espacio mayor.
Otra de las cuestiones por las que la marihuana autofloreciente es preferida es su sabor. Este tipo de cannabis tiene un mejor sabor que el de las semillas feminizadas.
Ahora bien, en lo que se refiere a la cosecha, es importante precisar que, al tener un ciclo de cultivo muy corto, este tipo de marihuana tiene un calendario más flexible. La época preferida para la cosecha se da en los meses de septiembre y octubre, aunque puede oscilar el plazo si se ligan ciclos de cultivo a lo largo de todo el año.
Lo recomendable es esperar entre 6 y 10 días entre la primera cosecha y las posteriores. Esto permite no exponer la planta a un estrés excesivo, a la vez que facilita la etapa de secado, sobre todo cuando se lleva a cabo en interiores.
Cuidados para la marihuana autofloreciente
En lo que respecta a la poda de la marihuana autofloreciente, algunos expertos recomiendan nunca realizarla, debido a lo corto del ciclo de cultivo. Sobre todo hay que evitar la poda durante las primeras tres semanas de vida, pues la planta necesita una mayor energía para florecer.
Si se trata de una mezcla autofloreciencia índica, no es recomendable, pues no alcanza mucha altura. Caso contrario, si es una mezcla sativa, cuando la planta es vigorosa y crece más de metro y medio, podría ser recomendable una pequeña poda.
Vale mencionar que la marihuana autofloreciente tampoco debe ser trasplantada. Además, es importante comentar que este tipo de cannabis es inmune a las plagas, debido a su corto ciclo de cultivo.
Por último, si hablamos de las ventajas de cultivar marihuana autofloreciente, también es indicado mencionar la posibilidad de contar con hasta tres ciclos de cultivo al año y un tamaño reducido, ideal para proteger a las plantas de los cambios de clima.
Con información de Lahuertagrowshop, Florprohibida, Buddhagenetics, Eurogrow.es y Semillasdemarihuana
Foto: Daniel Norin / Unsplash
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