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La marihuana podría sustituir al petróleo

Durante Expoweed 2017, Paul Standford ofreció una apasionada charla sobre el potencial industrial, económico y médico del cannabis.

El especialista es activista político, estudioso de la planta del Cáñamo y el cannabis cuenta con más de treinta años de experiencia en el cultivo, industrialización y medicación de la planta. En 1989 me fui a China para conocer la historia de la planta, quería conocer todos los productos que se pueden hacer con la planta, quería conocer las semillas y las flores. Allá descubrí que la cosecha de marihuana tiene alrededor de 12.000 años, quizá más de 30.000: eso quiere decir que la cultivación cannábica es la más antigua, quizá, la fundación misma de la agricultura”.

Durante diez años me dediqué a la importación de papel y de fibra de cáñamo desde China, pero alrededor de 1997 dejé el negocio y empecé a ayudar a pacientes médicos con marihuana. En 1999 yo cultivaba y regalaba marihuana a pacientes terminales con cáncer. Cultivaba casi 3000 kilos de marihuana medicinal”.

“Tratábamos a pacientes terminales, con enfermedades crónico degenerativas… esto empezó a crecer, así que abrimos clínicas, y comenzamos a juntar firmas, primero en Oregón, mi estado natal, después en Washington. Fue entonces cuando fundé The Hemp and Cannabis Foundation. A través de esta fundación pudimos volver legal la marihuana medicinal en algunos estados en 1999”.

“Teníamos, en aquel entonces, un programa de televisión, y un médico llevaba el programa conmigo, y trataba ahí a pacientes con cannabis. Eso empezó a crecer de tal manera que tuvimos que abrir clínicas de cannabis medicinal en Washington, Oregón, y Colorado”.

“En estados Unidos hemos ayudado a más de 27,000 pacientes, que ahora son capaces de poseer, cultivar y consumir cannabis medicinal. Y aunque las leyes en cada estado cambian, nuestro trabajo principal se concentra en la legalización de la marihuana, para que a través de esta, tanto adultos como pacientes puedan utilizar cannabis”.

De esta manera el experto resumió su experiencia como potenciador del cannabis medicinal, pero en la segunda parte de la charla el especialista se concentró en las especificaciones de las plantas cannábicas, específicamente aquellas que tienen alto contenido de THC.

Explicó que, en comparación con especies con bajo contenido de THC, las de alto producen una mayor cantidad de semillas, y una mayor cantidad de fibra: “Ya desde 1916 el gobierno estadounidense, a través del Departamento de Agricultura, había calculado que para 1940 todo el papel vendría de la planta de cannabis, y no tendrían que cortarse más árboles: con un acre de cannabis se produce la misma cantidad de papel que con cuatro acres de árboles”.

Esto en la parte de la fibra, apuntó después que la semilla de la cannabis tiene tanto contenido de aminoácidos como cualquier alimento cárnico: “la semilla de la cannabis tiene todos los aminoácidos que necesita el cuerpo humano, tiene todos los Omegas necesarios, todas las proteínas necesarias. La semilla de la cannabis es el alimento último: no es ninguna coincidencia, la marihuana tiene 12.000 años de antigüedad, nosotros nos hemos adaptado a ella, y ella se ha adaptado a nosotros”.

En este sentido, apuntó que el potencial alimenticio, industrial, es tan grande que puede ser sustitutivo de la industria cárnica, de papel, e incluso energética, al grado que la marihuana podría sustituir al petróleo.

La razón por la cual la marihuana está prohibida no es por la drogadicción, eso es una crasa mentira: es prohibida porque las petroleras se dieron cuenta de que era mucho más barata y productiva energéticamente la marihuana que el petróleo. Si en la actualidad cultiváramos tanta marihuana como soya (alrededor del 10% de la superficie planetaria) podríamos sustituir al petróleo con el biocombustible generado a partir de la marihuana”.

Explicó que las petroleras texanas, en 1930 (el año en que inició la prohibición del cannabis), en orden de consolidar el naciente negocio de crudo, iniciaron una cruzada contra la planta: “los petroleros inventaron una nueva palabra “marihuana”, y ayudados por los gobiernos y los medios de información manipulados, crearon una campaña racista que decía que los negros y los mexicanos poseían una potente droga que hacía que la gente se volviera loca y matara a sus familias: la “marihuana”, sentenció el experto.

Explicó que hasta antes de las primeras tres décadas del siglo XX, la marihuana no era conocida como “marihuana”, sino como cáñamo, o en el inglés “hemp”, y la “hemp”, era ampliamente utilizada como fibra, como medicina, como bases de ungüentos y aceites: “Henry Ford a inicios de siglo creó un automóvil hecho exclusivamente con cáñamo; la farmacéutica Johnson y Johnson tenía medicinas tópicas a base marihuana; pero después de la intervención de las petroleras, con su discurso racista, todo cambió”.

Las apasionadas palabras del experto, en esta parte de la conferencia, tocaron fibras sensibles, como la reciente llegada de Donald Trump a la primera silla de mando estadounidense: “aprovecho ahora para pedir perdón por el triunfo de Trump, no tengo idea de cómo pudo ganar”, ante los aplausos del emocionado público, Paul Stanford remató exponiendo que el potencial industrial y alimenticio de la marihuana es tan grande, que podría resolver los problemas de deforestación, al sustituir a los árboles como base para el papel; del cambio climático, al sustituir los combustibles fósiles (sobre el tema de que la marihuana podría sustituir al petróleo); de hambrunas, al utilizar la planta como base alimentaria para producir, por ejemplo, leche: “la leche de marihuana tiene todos los aportes alimenticios que la leche humana, o animal”.

Al cierre de la charla, Stanford declaró que nuevo objetivo es conseguir la sustitución del petróleo como base energética, y que la marihuana sea la base de nuestro combustible.   

Categorias: Economía México
Etiquetas: Paul StanfordTHC
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