Los riesgos sobre el consumo de marihuana y alcohol pueden ser bien conocidos por los usuarios, sin embargo, ante el vendaval de información cruzada, establecer claramente los efectos negativos de ambas sustancias puede no ser una tarea fácil. ¿Qué nos hace más daño, cuál menos: el porro o la cerveza? De acuerdo con la información disponible, parece que hay un claro ganador: veamos.
Round uno: en 2014 más de 30,000 personas murieron por ingerir alcohol, no hay nadie que haya muerto por sobredosis de marihuana
En 2014, 30,722 personas murieron por causas relacionadas con la ingesta de alcohol, de acuerdo a lo reportado por el Centro de Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos. El estudio no contabiliza aquellos quienes murieron por accidentes relacionados con el alcohol, ni homicidios; sumando las estadísticas, el número de muertes por alcohol podría superar los 90,000 en un año.
Por otro lado, la Drug Enforcment Administration (DEA) reporta que no ha ocurrido una sola muerte por el consumo de cannabis, y aquellos quienes fuman o la consumen de manera regular, o crónica, no mueren antes que aquellos quienes no la consumen.
Round dos: marihuana es mucho menos adictiva que el alcohol
De acuerdo con el último Informe Mundial Sobre Drogas 2017, de la Organización de las Naciones Unidas, la marihuana sigue siendo la droga ilegal con mayor índice de consumo alrededor del mundo. Al menos la mitad de la población la ha probado alguna vez, sin embargo, un porcentaje muy mínimo de esos consumidores llegaron a algo parecido a una “adicción”.
El National Drug Institute, en una encuesta realizada en 1994, encontró que sólo un 9 por ciento de 8000 consumidores encuestados, cuyas edades iban de los 15 los 64, se volvieron adictos, o cayeron en abuso de la marihuana. En contraste, el porcentaje de abuso para el alcohol es de 15%, el de la cocaína 17%, la heroína 23%, y la nicotina es la líder y máxima droga adictiva con 32%.
Round tres: la cannabis puede afectar, un poco más que el alcohol, a tu corazón
De modo contrario que el alcohol, la marihuana acelera tu ritmo cardiaco, lo que podría afectar a tu organi vital en el corto plazo. Existe suficiente evidencia anecdótica de taquicardias severas, o ataques de pánico con una dosis alta de cannabis. Un usuario regular lo ha experimentado por lo menos una vez.
El alcohol, en cambio, baja el ritmo de tu corazón, lo que, en ciertos contextos, podría ser benéfico. Sin embargo, la National Academies of Scienses Engineering and Medicine, en su reporte más reciente, no encontró evidencia médica suficiente que constate que la marihuana podría llevarte a tener un ataque cardíaco.
En contraste aquellos que ingieren una cantidad moderada de alcohol, tienen menos riesgos de sufrir uno que los que no lo ingieren. Aunque los expertos siempre toman precauciones con esta afirmación.
Round cuatro: alcohol es un cancerígeno comprobado, al contrario que la cannabis
Hay evidencia suficiente para sostener que el alcohol es un poderoso cancerígeno; ingerir una mínima cantidad, ya fuere una cerveza o una copa diaria de vino aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, un organismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene al alcohol en su lista de sustancias que provocan cáncer.
La marihuana, en cambio, está considerada como un potente anticancerígeno; y aunque en un principio se pensó que había más riesgo de padecer cáncer de pulmón en aquellos usuarios que fuman la planta, los estudios científicos al respecto no han logrado establecer un puente claro entre la sustancia y el padecimiento.
Round cinco: ambas sustancias presentan un riesgo al volante, especialmente si se combinan
La OMS en su más reciente reporte sobre la Situación regional del consumo de alcohol y la salud en las Américas (2016) tiene al alcohol como una de las máximas causas de accidentes de tránsito. El tetrahidrocannabinol (THC) en cambio, no incrementa el riesgo de que se sufra un choque.
Pero la cosa cambia si se combinan ambas sustancias, en Estados Unidos, la National Highway Traffic Saftey Administration reporta que tener un índice de 0.05% de alcohol en la sangre aumenta 575% las probabilidades de chocar. “El riesgo de conducir bajo el efecto de ambas sustancias, el alcohol y la marihuana, presenta los peores resultados”, escribieron en el American Journal of Addiction.
Round seis: alcohol aumenta la violencia, sobre todo en casa, al contrario que la cannabis
Aunque resulta imposible afirmar que el alcohol causa violencia, la evidencia anecdótica y científica es suficiente para sostener que hay un enlace directo entre el estado de ebriedad y la conducta violenta. Incluso el artículo El alcohol como factor criminógeno, publicado por Universidad Autónoma de Nuevo León, sostiene que la presencia de alcohol en el individuo aumenta la conducta delictiva.
Incluso el Centro de Informaciones sobre Salud y Alcoho, en Brasil, relaciona de forma directa el consumo de alcohol con la conducta delictiva. Por el contrario, dicha relación con la cannabis es imposible. No hay una sola prueba que establezca un puente entre el consumo de cannabis y la conducta violenta o delictiva.
Round siete: ambas sustancias afectan la memoria, aunque de forma diferente
Todos lo hemos experimentado alguna vez: el alcohol puede formar moderadas y a veces graves lagunas mentales, mucho mayores cuando el consumo es prolongado. Los efectos más nocivos sobre la memoria pueden observarse en los usuarios que empezaron a consumir alcohol en la adolescencia.
Lo mismo sucede con la cannabis: incluso se ha observado que aquellos que la consumen diariamente tienen una capacidad verbal más pobre, especialmente aquellos que iniciaron su consumo a edades tempranas.
La diferencia entre ambas es que el alcohol afecta la capacidad de formar recuerdos, la atención y la capacidad de planear, mientras que la cannabis afecta la capacidad de recordar a largo plazo, o recordar palabras. En ambos casos los síntomas pueden persistir aun cuando se ha suspendido el consumo por semanas.
Round ocho: ambas sustancias pueden causar algún problema siquiátrico; alcohol unido a depresión y cannabis a esquizofrenia
La National Academies encontró suficiente evidencia científica para sostener que la cannabis aumenta el riesgo de padecer esquizofrenia, especialmente en aquellos quienes tienen una predisposición genética, o algún antecedente genealógico; y de forma muy puntual, quienes ya la padecen tienen un riesgo mucho mayor de que su padecimiento empeore.
De la misma forma, el alcohol puede disparar episodios de depresión y ansiedad, incluso cuadros de autolesión e intentos de suicidio. Aunque los estudios han encontrado difícil descifrar si el alcohol es el que dispara los cuadros, o personas que ya padecen estos trastornos beben para aliviarse de los síntomas.
Round nueve: el alcohol engorda, la cannabis no, a pesar del munchies
La marihuana, lo sabemos, da hambre, reduce los signos de estar satisfecho; lleno de comida, y hace que todo sepa mejor, al menos de manera temporal. Estos síntomas son conocidos como el munchies, y uno puede consumir hasta 600 calorías extras bajo su influjo. A pesar de ellos, no hay evidencia clara de que la marihuana engorde, o lleve engordar: por el contrario, muchos de sus usuarios presentan menor masa corporal que el promedio. La evidencia más reciente es que la cannabis, incluso, te vuelve resistente a la glucosa, de ahí que sea benéfica en tratamientos de diabetes.
El alcohol en cambio, es calórico; una cerveza tiene hasta 150 calorías, y una copa de vino hasta 120. Por ello, el consumo de alcohol, de acuerdo a lo publicado por el American Journal of Preventive Medicine, es una de las principales causas de sobrepeso.
Tenemos un ganador: la cannabis
La evidencia, los estudios científicos pueden ser siempre refutados. A menudo los lectores y escépticos lo hacen de forma contundente, y está bien. Pero de acuerdo a lo encontrado en esta breve investigación, y a lo que miles de usuarios reportan de forma anecdótica, la ganadora de la contienda es la planta verde, la cannabis. Aunque su uso y consumo permanece ilegal en buena parte del mundo, pronto podríamos ver una revolución cannábica en todos los continentes. En México ha habido grandes avances en la materia.
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