Aunque es paulatino, el auge del uso de la marihuana con fines terapéuticos se está dando en varias ciudades importantes de la región. Conoce la mayor granja de cannabis medicinal de Latinoamérica.
A principios del año pasado, en enero de 2016, fue abierta la granja de marihuana medicinal más grande de Latinoamérica, la cual se encuentra en Chile, marcando otro paso en la creciente aceptación de la región de usos terapéuticos para la planta ilegal.
La Fundación Daya es la promotora del proyecto destinado a fines terapéuticos y se encargó de la plantación de 6, 900 tallos en la granja ubicada en el pequeño pueblo de Colbun, en Quinamávida, a unos 275 kilómetros al sur de Santiago.
De acuerdo con los directivos del sitio, el proyecto ayudará a tratar a unos 4 mil pacientes de distintas enfermedades en todo Chile y, para ello, sigue el trabajo de una plantación experimental más pequeña en un lugar secreto de la capital, Santiago.
La apertura de la granja se produce a principios de 2016, cuando el Congreso de Chile debatió la despenalización de pequeñas cantidades de marihuana para uso personal y cultivo.
La responsable de la fundación detrás del proyecto, Ana María Gazmuri, dijo que las opiniones sobre el uso del cannabis estaban cambiando en Chile tradicionalmente conservador.
«Esta granja permitirá a la gente ver por sí mismos la realidad de la planta, y cuáles son sus usos», dijo Gazmuri, una estrella de telenovelas de los años 80 y actual defensora de la medicina «holística».
Los organizadores del proyecto cuentan con la supervisión del servicio agrícola del gobierno de Chile, además de que trabajan con una variedad de laboratorios y universidades para desarrollar terapias basadas en cannabis que puedan ayudar a los pacientes con dolor crónico, complicaciones de cáncer y epilepsia, entre otras condiciones.
En 2013, Uruguay se trasladó a legalizar completamente la marihuana, un paso pionero que ha sido observado de cerca en todo el mundo. Asimismo, en México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) validó el uso “lúdico” de la marihuana, su siembra y consumo para consumo personal, sin incluir su comercio, suministro o distribución.
Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, firmó en diciembre de 2015 un decreto que legaliza la marihuana medicinal, que no debilita la lucha del gobierno contra los cultivos ilícitos y el narcotráfico.
Pese a las medidas de algunos países latinoamericanos, el proyecto de la Fundación Daya para promover la utilización del cannabis con objetivos terapéuticos en Chile es una iniciativa inédita en la región. “A pesar de no tener la regulación más avanzada, Chile está siendo pionero entre los países latinoamericanos”, dijo Gazmuri.
Debido a ello, la Fundación Daya recibe constantemente visitas de representantes gubernamentales y privados de distintos países, como Argentina, Brasil, Australia o Estados Unidos del continente para conocer la gestión de la finca y el cultivo.
En el campo de cultivo chileno hay 16 variedades de marihuana que son resguardadas con diversas medidas de seguridad para evitar robos. Hay guardias las 24 horas, cerco eléctrico, cámaras de video, conexión directa a las oficinas de la policía de la zona agrícola, además de perros-policía.
Asimismo, el proyecto sirvió para generar empleos en la localidad, pues la fundación contrató a 60 habitantes para trabajar en las labores de cosecha. Ellos deben vestir trajes especiales y guantes de goma para cortar las matas, limpiarlas y colgarlas en los techos para esperar a que se sequen.
Cuando un cultivo está totalmente molido, el laboratorio médico Knop lo traslada a sus oficinas en Santiago y ahí realiza el proceso de investigación clínica. “Es el primer fitofármaco basado en cannabis hecho en América Latina”.
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