La gran mayoría de los profesionales de la salud ya están dispuestos a prescribir cannabis medicinal a pacientes pediátricos, de acuerdo al estudio Perspectivas de los médicos en el uso de cannabis medicinal en niños con cáncer, publicado este martes por el sitio especializado Pediatrics.
Se trata de uno de los primeros estudios que encuesta a los profesionales de la salud, y aunque está circunscrito a tres estados de la nación americana, Washington, Illinois y Massachusetts, los detalles que ha revelado nos ayudan a entender las preocupaciones, o exigencias, de los médicos en general, en materia de prescripciones cannábicas.
El estudio encuestó a 654 profesionales de la salud, entre doctores, enfermeras y otros capaces de recetar medicamentos, para ver cuántos de ellos habían recibido peticiones de sus pacientes para usar cannabis medicinal, y cómo se sentían los doctores con ello. El resultado fue revelador: más del 90% de los encuestados afirmó que está de acuerdo con tratar a pacientes pediátricos con cannabis medicinal, o ayudar a que consigan el medicamento.
“En el gremio ya todos lo hablamos de forma anecdótica”, dice la doctora Joanne Wolfe, una de las investigadoras detrás del estudio, y especialista en el área de Cuidados Paliativos en el Instituto contra el Cáncer Dana-Farber de Boston: “cada vez más personas están pidiendo tratamientos con cannabis: en el estudio, un tercio de los encuestados respondió que se los han pedido al menos una vez; sobre todo las familias con niños enfermos terminales”.
El principal obstáculo, en palabras de la doctora Wolfe, es la falta de conocimiento: la falta de información acerca del estatus legal de la planta, o de sus potenciales usos (sólo en 5% de los encuestados dijo conocer el marco regulatorio estatal de la planta; ser perseguidos por la justicia federal, por otro lado, no es una preocupación real en el gremio); pero en respuestas de los propios encuestados, la falta de estándares en las dosis y las fórmulas es lo que en primer término los disuade de prescribir.
“El gremio posee en realidad poca información científica sobre cómo puede usar la planta de forma más efectiva; sabemos que es muy valiosa, pero necesitamos más investigación para usarla de forma precisa”, subraya la doctora Wolfe.
El estudio destaca, de forma irónica, que aquellos profesionales que de hecho pueden prescribir, tienen 25% menos impulso de hacerlo, que aquellos que todavía no pueden recetar. En general, el sentimiento de los doctores, de acuerdo al estudio, es que la cannabis es una opción para los niños sólo cuando están en la etapa terminal de su cáncer.
“Es muy raro recetarle cannabis a un niño con cáncer, sobre todo si tiene posibilidades de sanar; esto porque hay muchas expectativas en juego de que el niño de verdad se cure y siga su vida de forma plena. Además, hay que considerar el uso de cannabis en cerebros todavía en desarrollo”, anota Wolfe.
Y es que encontrar el balance entre las expectativas de que los pacientes niños se curen, y los potenciales riesgos de usar la sustancia en cerebros en desarrollo, es lo más difícil de encontrar para los médicos, de ahí a que dejen el tratamiento con cannabis como última opción.
“Una vez tomada esa última opción, sabemos que ayudará mucho a aliviar los síntomas, después de todo, queremos que los niños se sientan lo mejor posible”, finaliza la especialista.
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