La Sociedad Estadounidense de Anestesiólogos (ASA) dio a conocer su preocupación, ante el riesgo que implica utilizar marihuana inadecuadamente como tratamiento para el control del dolor.
Esta inquietud del organismo surgió, luego de que reveló los resultados de una encuesta en la que el 75% de los estadounidenses están interesados en usar marihuana o cannabinoides para tratar el dolor, porque consideran que son más seguros o tienen menos efectos secundarios que los opioides u otros medicamentos.
Principal riesgo: desinformación
A decir de los expertos, los resultados del sondeo indican que existe desinformación de parte de la sociedad sobre los riesgos y los efectos secundarios de la cannabis.
La muestra arrojó que el segmento con mayor interés en el uso de esta planta son los millennials, aunque, las cifras revelan que la llamada Generación X y los baby boomers también tienen altas expectativas sobre las propiedades del producto.
Respecto a los pacientes que ya utilizaron el tratamiento, la encuesta indicó que más de dos tercios de los encuestados habían usado o pensaban utilizar el cannabis o compuestos cannabinoides, como el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC).
En este sentido, Linda J. Mason, presidenta de la ASA aseguró que el uso de esta planta es un riesgo enorme, porque no hay investigación sobre la seguridad y efectividad de la marihuana y sus derivados.
Otras alternativas para el control del dolor
Ante esta situación, la doctora Mason sugirió a los pacientes interesados, platicar con los especialista en salud para desarrollar un plan personalizado que les ayude a disminuir el dolor.
Dicho tratamiento, según Mason, puede desarrollarse mediante medicamentos alternativos no opioides y otras terapias, incluidas como inyecciones, bloqueos nerviosos, fisioterapia, ondas de radio y estimulación de la médula espinal.
Cuestionada respecto a los efectos secundarios, la doctora afirmó que van desde somnolencia excesiva hasta daño hepático, debido a que la calidad de estos productos con cannabis no está regulada ni controlada.
Mason dejo entrever que la marihuana y los cannabinoides se encuentran actualmente en un territorio desconocido y no hay forma de que las personas sepan exactamente lo que están comprando, debido a que no existe una regulación.
Vale mencionar que pese a que en 33 estados de Estados Unidos se ha legalizado la marihuana para uso recreativo o medicinal, cada uno establece sus propias regulaciones, que varían ampliamente, por lo que no hay control en los ingredientes mostrados en la etiqueta, y pueden contener compuestos sintéticos peligrosos, pesticidas y otras impurezas.
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