Desde hace más de 2 000 años, el cannabis ha sido utilizado para tratar diversos padecimientos. Sin embargo, hasta la fecha, se conoce muy poco sobre la forma en la que los cannabinoides provenientes de la planta interactúan con el cuerpo humano y de qué manera el cannabis afecta al sistema inmune.
El sistema inmunológico cumple una función esencial en el cuerpo humano: protegerlo contra patógenos e infecciones, al tiempo que promueve la homeóstasis, es decir, el equilibro natural del organismo.
Los glóbulos blancos son piezas clave en este sistema, pues, en conjunto con los anticuerpos, el sistema linfático, el bazo, el timo y la médula ósea, permiten la eliminación de infecciones y la detección oportuna de células que funcionan mal. De tal forma que este sistema es clave para el bienestar físico de todo ser humano.
Ahora bien, es preciso indicar que, cuando el equilibrio natural se pierde, existen cierto tipo de herramientas, como es el caso del cannabis medicinal. Dependiendo del tipo de paciente, el cannabis puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, con apoyo del sistema endocannabinoide humano (ECS).
¿El cannabis afecta al sistema inmune?
El sistema endocannabinoide humano es uno de los guardianes del sistema inmune, ya que previene la aparición de respuestas inflamatorias que pueden resultar en enfermedades. Asimismo, el ECS influye en la función de las células inmunitarias, pues los cannabinoides afectan las funciones de la mayoría de los tipos de células inmunes.
Pese a esto, no todos los tipos de cannabinoides fortalecen el sistema inmunológico. De acuerdo con el tipo de cannabinoide que se consuma, el sistema imnune brinda una respuesta.
Tal es el caso de los cannabinoides THC y CBD; ambos producen efectos distintivos sobre el sistema inmunológico, debido a sus interacciones únicas con los receptores cannabinoides. Sin embargo, es preciso destacar que diversas investigaciones han demostrado que ambos cannabinoides suprimen la actividad inmunológica, lo que produce la reducción de las respuestas inflamatorias con algunas variaciones.
Respecto a dichas variaciones, las investigaciones abordan dos tipos de efectos que tiene el cannabis sobre el sistema inmune: como inmunomodulador y como inmunosupresor.
La inmunomodulación se refiere a cualquier terapia que modifique la respuesta del sistema inmunológico. En tanto, la inmunosupresión sucede cuando el cannabis suprime la expresión de aspectos de este sistema.
Cannabis y sistema inmune
En términos más sencillos, la inmunomodulación y la inmunosupresión se refieren a la capacidad que tiene el cannabis para someter o suprimir las células del sistema inmunológico mediante la reducción de la inflamación. Pese a lo benéfico que resulta lo anterior para algunos pacientes, en otro tipo de personas, esto es perjudicial.
Un artículo publicado en Leafly aborda una investigación realizada en 2017, la cual revela que tanto el CBD como el THC tienen un efecto inmunomodulador sobre el sistema linfático intestinal humano, el cual tiene como función principal ser anfitrión de células inmunes.
El sistema linfático alberga a más de la mitad de los linfocitos del cuerpo, glóbulos blancos que desempeñan un papel fundamental en la búsqueda y en la destrucción de células extrañas (virus o bacterias) que se infiltran en el cuerpo. De modo que, en pacientes con un sistema inmune endeble, el consumo de THC o de CBD podría resultar perjudicial si se suprimen las células inmunes.
Asimismo, un análisis publicado en 2020 por Cannabis and Cannabinoid Research encontró evidencia para afirmar que el CBD suprime ciertas respuestas inflamatorias en el sistema inmunológico y puede inducir a la muerte celular de los glóbulos blancos.
Sin embargo, pese a lo que pudiera representar, la muerte de las células inmunitarias no siempre es algo malo, pues forma parte de un ciclo normal de vida celular y ayuda a proteger a una persona contra la inflamación.
Cannabinoides y sistema inmune
Los investigadores descubrieron que la administración oral de CBD y THC con grasas resultó en niveles extremadamente altos de cannabinoides en el sistema linfático intestinal: las concentraciones de CBD en las células linfáticas eran 250 veces más altas que en el plasma, mientras que las concentraciones de THC eran 100 veces más altas.
Lo anterior significa que, en el caso de pacientes con enfermedades autoinmunes, el cannabis puede alcanzar concentraciones más altas en el sistema linfático y suprimir las respuestas inmunitarias inflamatorias nocivas con más eficacia.
Ahora bien, aunque estas propiedades pueden ayudar a tratar enfermedades autoinmunes, en algunos pacientes, el consumo de estos cannabinoides ocasiona graves problemas de salud. Tal es el caso de los consumidores que no presentan ningún padecimiento.
Una investigación publicada en The Journal of the American Medical Association (JAMA) en 2003 dio a conocer que el cannabis regular puede debilitar la función inmunológica en personas sanas, debido a que los consumidores desarrollan menos células proinflamatorias y más antinflamatorias.
Ahora bien, aunque el término antinflamatorio se asocie con salud, esto no es del todo cierto. También puede vincularse con una reducción significativa en la funcionalidad de los glóbulos blancos, lo que limita la capacidad de las personas para combatir infecciones.
Es decir, la inflamación es una respuesta del cuerpo para aislar las afectadas por la intrusión de virus y evitar que dichas toxinas se propaguen por todo el cuerpo. Entonces, detener esa respuesta inmune inflamatoria sería contraproducente, pues puede prolongar el tiempo de actuación de un patógeno.
Pese a los hallazgos antes citados, la investigación sobre el cannabis y el sistema inmunológico es incipiente y requiere una exploración más profunda de sus efectos sobre el sistema inmunológico. Por esto, al igual que otras áreas de investigación sobre el cannabis, la manera en la que el cannabis afecta al sistema inmune es un campo abierto a muchos descubrimientos aún por venir.
Con información de Leafly, Dinafem y Project CBD
Foto: Thought Catalog / Unsplash
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