Solo han pasado tres años desde la legalización de la marihuana en Uruguay. Sin embargo, cinco temores fueron desmitificados sobre la venta de la planta.
En su columna para Montevideo Portal, Diego Olivera, exsecretario de la Junta Nacional de Drogas, explicó los miedos más comunes a los que se enfrentó el gobierno, previo a la decisión de legalizar el consumo.
Temores en Uruguay
El 19 de julio de 2017, Uruguay atrapó la mirada mundial con el funcionamiento del primer modelo para la comercialización de marihuana recreativa y medicinal en el mundo. Dicho control está basado en un sistema informático que regula las dosis.
Precisamente, las fallas en este sistema constituyeron el primero de todos los temores sobre la legalización de la marihuana en Uruguay.
El registro obligatorio de los consumidores uruguayos de marihuana y la protección a sus datos fueron las prioridades para este sistema.
Las farmacias no fueron asaltadas
Pese al tiempo, la venta de la marihuana en farmacias sigue siendo un tema polémico en el país sudamericano. De ahí, que muchas visiones apuntaban a que la comercialización en estos lugares atraería los asaltos.
Según relata Olivera, las farmacias no fueron asaltadas ni hubo episodios conflictivos en sus establecimientos. La clientela habitual siguió acudiendo a los establecimientos para comprar medicamentos.
Para el especialista, la venta de marihuana en estos locales dinamizó la actividad de un sector muy golpeado por los cambios en el mercado de medicamentos y de productos sanitarios.
Uruguay no es un país de adictos
Olivera remarca que Uruguay es un país con una gran cultura sobre el cannabis. Sin embargo, esto no significa que sea un país con una sociedad cannabizada ni con personas adictas transitando sin rumbo por las calles.
Para evitar esto, se creó un sistema para ayudar a los consumidores que se sienten rebasados. Dicho programa fue desarrollado por los farmacéuticos mediante una red de 27 centros de atención gratuitos para evitar el uso problemático de la marihuana.
Los consumidores no son tan jóvenes
Cifras oficiales remarcan que los consumidores no son tan jóvenes. La percepción del riesgo se mantuvo estable entre el 2014 y el 2018 entre la población adolescente y se incrementó en adultos.
Este hecho eliminó el prejuicio sobre los altos niveles de consumo entre jóvenes, debido a que los consumidores más propensos fueron las personas mayores de 45 años.
No hubo campañas publicitarias promarihuana
A diferencia de lo que sucedió con los mercados de tabaco y de bebidas alcohólicas, con la marihuana no hubo campañas publicitarias promarihuana.
Pese a la legalidad, no se realizó un despliegue promocional para estimular el consumo.
La venta de marihuana sí es un negocio
Datos oficiales remarcan que la venta de marihuana sí es un negocio. A lo largo de estos tres años se comercializaron cuatro toneladas de la planta, cifra que representa un ingreso aproximado a los 5 millones de dólares.
Pese a las dificultades, hubo empresas que cumplieron con todos los requerimientos para comercializar su producción de marihuana. Cabe destacar que las disposiciones exigieron altos controles de calidad que incluyeron múltiples ajustes en el proceso agronómico y de envasado.
Mejoras en Uruguay
Aunque el sistema de comercialización sobre marihuana ha sido funcional, especialistas como Olivera insisten en realizar mejoras como parte de la evaluación exhaustiva del sistema. Incluso, el presidente Luis Lacalle criticó en días pasados el sistema de venta y distribución de marihuana, por lo que exhortó al gobierno a corregir la implementación.
Lacalle señaló, en una entrevista para un afamado programa de televisión, que el autocultivo es un tema pendiente desde 2010. El mandatario afirmó que su predecesor Mujica tuvo una visión muy conservadora y cerrada sobre el tema.
Asimismo, sobre la venta de marihuana en farmacias, Lacalle reconoció que este sistema no disminuyó el narcotráfico. El gobernante dijo que la venta en farmacias tenía como fin combatir el narcotráfico, pero lo que ha pasado es que el narcotráfico ha crecido, no ha bajado el consumo y se sigue vendiendo la droga ilegal.
Tanto para Lacalle como para Olivera, la rigidez del sistema es el principal problema, debido a que dan origen a mercados grises que oscilan entre la legalidad y el narcotráfico.
El reto para Uruguay es desarrollar formas de comercialización que incluyan el control sin la rigidez burocrática.
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Con información de Montevideo.com.uy
Foto: Felix Dufour / Unsplash
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