Los precios por gramo de cannabis en Canadá han sufrido una importante caída a solo meses de que se abra, a lo largo y ancho de todo su territorio, el mercado recreacional. Los factores de esta caída no son la falta de demanda, ni la falta de inversión, sino, paradójicamente, la falta de datos duros respecto de su precio real en el mercado negro, y la vasta cadena de suministro que se ha creado desde el año pasado.
De acuerdo a datos estimados y publicados por Statistics Canada, la caída de los precios ha sido una de las más abruptas desde hace casi diez años, lo que compromete seriamente a los productores, y a las estimaciones que el gobierno había hecho para el tamaño de su mercado y sus ganancias.
Según Statistics Canada, durante 2017 y este primer mes de 2018, el precio por gramo de cannabis cayó un 7.7 por ciento respecto del año anterior; hoy se cotiza alrededor de los $6 dólares americanos ($7.43 dólares canadienses) frente a los casi nueve dólares que costaba en 2015, cuando Justin Trudeau prometió reformar el mercado de la planta.
Paradójicamente, no es la falta de demanda ni de capacidad de gasto en la materia de los canadienses: según los datos, ellos incrementan sus gastos para cannabis en un 6% cada año, desde 1961. En 2017, gastaron en marihuana alrededor de USD$974 (unos 1,200 dólares canadienses), por usuario. La gran mayoría del cual se destinó a cannabis para uso recreativo.
Aunque las cifras proporcionadas por Statistics Canadá, son materia de una larga y profunda revisión, son un primer acercamiento que pretende dimensionar en términos cuantitativos el potencial del mercado. Según los expertos, su tamaño oscila en unos USD$5,300 millones en venta mayorista, y de casi USD$9000 millones en ventas minoristas.
“Es muy difícil obtener datos duros, concretos respecto de los gastos y los costos en cannabis aquí en Canadá, debido a que la gran mayoría de esta información permanece aún en la ilegalidad”, apunta James Tebrake, un estadista y analista de la firma, en entrevista para Bloomberg: “por eso estamos intentando hacer un estimado; aunque las cifras no son exactas, arrojan una luz en la materia; queremos recopilar la mayor cantidad de información posible”.
En palabras de Kenneth Shea, analista de Bloomberg: “la caída de los precios de cannabis son un reto real para los productores y el mercado en general, las ganancias podrían ser menores de las que estimaron; la estrategia que han adoptado en otras latitudes es la de crear nuevas cepas más potentes, y mejorar la prestación de servicios para añadirle valor a la venta. Así lo han hecho en Colorado: hacen una venta personalizada de acuerdo a los particulares deseos del consumidor”.
Desde que el primer ministro canadiense Trudeau anunciara la apertura del mercado recreativo de cannabis, en marzo del año pasado, la posición del país en el mapa económico ha crecido exponencialmente: pasaron de ser un país importador, a ser uno exportador. Sus ventas fuera del país, durante 2017, llegaron a los USD$980 millones ($1,200 millones de dólares canadienses).
Esto implica que el 20% de toda su producción se exporta a otros países; derrama económica que permanece, no obstante, en el mercado negro. El consumo interno de la sustancia, llega a los USD$4,500 millones. Los datos de Statistics Canada, subrayan también que los precios más altos de la planta llegaron en 1989, cuando alcanzaron los $12 dólares canadienses. El mercado habrá finalmente de abrirse de forma horizontal el próximo primer de julio de este año.
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