Una grave y triste noticia ha sacudido al sector de cannabis en Colombia: Mónica Berenice Blanco Sosa, la socia principal del Cannabis Tour, el paseo por la región montañosa del Cauca que les mostraba a extranjeros y nacionales la belleza de las plantaciones y granjas de cannabis, fue asesinada, según han dado cuenta las autoridades, por un grupo de disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La noche del 16 de mayo, de acuerdo al reporte policial, mientras Mónica Blanco se encontraba en medio de un paseo con dos ciudadanos israelíes, un grupo armado se presentó ante ellos y los secuestró; mientras que los dos turistas de Israel fueron liberados a las pocas horas, Mónica Blanco fue retenida.
“Ella fue la que solicitó a los secuestradores que dejaran libres a los turistas, que eran clientes de Mónica. Los turistas regresaron en automóvil sin inconveniente, mientras que ella se quedó como garante. Los secuestradores exigían a su compañero de empresa 300 millones de pesos por su liberación”, dijo el coronel Fabio Rojas, comandante de la Policía del Cauca.
Tanto los familiares de Blanco Sosa, como su compañero del tour, decidieron no alertar a las autoridades; ocho días después del secuestro de la empresaria, un cuerpo fue encontrado en la parte norte del municipio. El cuerpo presentaba seis disparos de un rifle de asalto: era Mónica Blanco.
De acuerdo a las primeras indagatorias del coronel Rojas, el grupo que podría ser responsable del secuestro y el asesinato de Blanco Sosa, podría ser el Frente Sexto del Frente Armado Residual de las FARC.
El socio de Mónica, que por seguridad decidió omitir su identidad, dijo que jamás habían tenido inconveniente alguno, que no se explica cómo pudo suceder algo como esto: “es muy triste este desenlace, es una pena de verdad, porque se estaba buscando el desarrollo turístico e industrial de la región. Es una noticia para todos nosotros devastadora”. Blanco Sosa poseía la doble nacionalidad Argento colombiana y residía en Cali, desde ahí promovía el Colombia Cannabis Tour.
En Nación Cannabis ya habíamos discutido al respecto del tour de cannabis: el acuerdo de paz que se firmó en Bogotá entre el gobierno colombiano y las Farc, en noviembre de 2016, además de la ley 1787, que le permitió al país el uso médico y científico de la marihuana, sirvieron de marco para la fundación del paseo.
Además de dar a conocer las grajas de cultivo y producción de cannabis, pretendía impulsar el desarrollo industrial de la zona del Cauca, fuertemente azotada por la guerra; Med Colombia, Cannabis Medical Group, Medcann Colombia, Colombian Organics, Canmecol y Khiron Colombia son algunas de las compañías que ya habían obtenido los permisos para operar en la zona.
Desde entonces el crecimiento había sido importante; o al menos esas son las estimaciones del sector: ProColombia, la entidad encargada de promover el turismo y la inversión extranjera en el país, reveló en un estudio reciente que Canadá, Chile, Dinamarca e Israel podrían llegar a ser países con un alto potencial para exportaciones de productos medicinales a base de cannabis fabricados en Colombia.
Las ventajas del país sudamericano son importantes: su clima, su suelo, y su vocación exportadora; según la entidad, Colombia podría convertirse en un hub exportador de medicamentos e insumos fabricados a base de cannabis y cáñamo industrial en el corto plazo.
Precisamente las regiones con mayor oportunidad para destacar en este nuevo mercado son Antioquia, una parte de Bogotá, Magdalena y el Cauca. En este sentido, el Colombia Cannabis Tour jugaba un importante papel: no sólo mostraba a los extranjeros y nacionales el potencial y la belleza de la región; les permitía degustar la variedad cultivada ahí, el ‘punto rojo’, sino que funcionaba como un elemento pacificador y potenciador económico, toda vez que el 100% de la materia prima cultivada ahí es adquirida a los campesinos que la siembran.
De acuerdo al alcalde de Corinto, Edward García, la región del Cauca producía, en tiempos de guerra, el 30% de toda la marihuana ilegal que financiaba a las FARC; al día de hoy, ese mismo 30% sigue siendo poseído por la región, pero en un mercado legal. En este sentido, la muerte de Mónica Blanco sacude de forma importante a toda la región y a un sector que pretende consolidarse, toda vez que la seguridad, además de la calidad, es uno de los elementos primordiales para que suceda.
Deja un comentario