Los prejuicios continúan pese a la legalización para uso medicinal y recreativo en varios estados de la Unión Americana. Beneficiencias dicen «no» a donativos de empresas de Cannabis.
A pesar de que la marihuana se ha legalizado para uso medicinal y recreativo en la mayoría de los estados de la Unión Americana, los prejuicios aún continúan en un porcentaje importante de la sociedad norteamericana. Y es que las organizaciones de caridad se mantienen renuentes a recibir donaciones de compañías o empresas cannábicas, al considerar que su actividad e industria todavía es ilícita.
Recientemente organizaciones de beneficencia como Wounded Warriors, American Cancer Society y Children’s Hospital Foundation rechazaron los donativos de la empresa Organa Brands, la compañía cannábica número uno de los Estados Unidos por ingresos facturados en 2016.
Organa Brands, que según vende un producto cannábico cada 9 segundos, facturó 100 millones de dólares el año pasado por la venta de vaporizadores y productos comestibles elaborados con marihuana; actualmente el laboratorio de la firma crea más de un millón de gramos de aceite de cannabis concentrado al año y compra 10 toneladas de hierba anualmente.
Organa es la única firma de cannabis con productos en 10 estados de la Unión Americana, incluyendo en 1,200 dispensarios; entre sus principales marcas se encuentran O. PenVAPE, una de las compañías más grandes de vaporizadores de cannabis en el país, así como Bakked, District Edibles, Magic Buzz y Organa Labs.
En este boom cannábico, O.penVAPE se ha colocado como la joya de la corona en ingresos, en gran medida por que es la marca favorita de vaporizadores en los dispensarios. La marca vendió 34 millones de dólares en plumas de vapor entre mayo de 2016 y abril de este año, 350% más que su principal competidor, Evolab, que sólo facturó 7.5 millones de dólares en el mismo periodo. Se dice que 9 de cada 10 vaporizadores vendidos fueron O.penVAPE, con una cuota de mercado del 41.9%.
A pesar de que los números son transparentes y contundentes, las organizaciones de caridad se mantienen reacias recibir donaciones de la compañía cannábica. En el mejor de los casos, las fundaciones que han aceptado los donativos, han condicionado la ayuda a permanecer en el anonimato.
Para Chris Driessen, presidente de Organa Brands, la postura de las mayoría de las organizaciones de beneficencia es clara. No les interesa recibir apoyo de las empresas relacionadas con la industria cannábica por que las consideran en cierta medida traficantes de drogas.
«Se siente como una bofetada en la cara porque nos consideran traficantes», admitió Chris Driessen, quien lamentó que la posición social de las organizaciones sea más importante que la propia ayuda a las personas necesitadas.
Empero no todas las empresas rechazan la ayuda. La Denver Rescue Mission, que ayuda a las personas sin hogar, ha aceptado públicamente los donativos de Organa. Otra organización que también reconoció su sociedad con Organa es Grow for Vets, que en este mes de septiembre organizó un torneo de Golf para recaudar fondos y apoyar a los veteranos que necesitan medicamentos cannábicos para tratar sus fuertes dolores.
La creciente industria cannábica está creciendo con fuerza no sólo en Estados Unidos, si no también en varias partes del mundo, catapultada por su importante aportación al mercado terapéutico y medicinal, así como por sus generosos beneficios en el plano corporativo. Las expectativas apuntan a que se mantendrán en esa dirección, con la aprobación o no del grueso de la sociedad.
«El dinero del cannabis no es dinero sucio», puntualizó Roger Martin, Director Ejecutivo de Grow For Vets, quien admitió que han rechazado el apoyo y donativos de hasta 25 empresas, pero no el de Organa Brands.
Deja un comentario