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¿A qué no debe oler la marihuana?

Fot: N dispensable / Unsplash

Cuando el cannabis no es curado correctamente, tiene un aroma similar a pasto recién cortado, mientras que cuando la curación es completa, el cannabis logra su singular aroma.

Al igual que otras plantas aromáticas, la marihuana ha desarrollado diversos olores, con la finalidad de adaptarse al suelo, evolucionar, repeler depredadores, protegerse de plagas y atraer polinizadores para perpetuar su especie.

El aroma de la marihuana es uno de los indicadores de su calidad y proviene de los más de 120 terpenos presentes en la resina de la planta. Estos son compuestos orgánicos derivados del isopreno, sustancia activa en la estructura molecular del cannabis.

Oler a cannabis

El aroma surge cuando se oxidan los terpenoides, ya que ellos son los responsables de los cambios de olor que se producen en los cogollos de la cosecha. Al suceder esto, se convierten en el ingrediente principal de cualquier tipo de aceite esencial que se extrae de plantas o flores.

Dependiendo de las condiciones del suelo y del clima, cada cepa de cannabis posee características aromáticas distintas con matices muy diferentes, que van desde el olor a queso en las variedades cheese o a cerezas en las variedades blueberry.

Por lo general, las variedades aromáticas del cannabis son similares a las que se presentan en los vinos y van desde los aromas afrutados, pasando por las maderas, como el pino y los cítricos, hasta los florales.

En este sentido, es preciso indicar que se está popularizando la profesión de catador de cannabis, con la finalidad de conocer más aspectos sobre las singularidades aromáticas de la marihuana y cómo estas pueden potenciar su sabor y su calidad.

Curar la marihuana

A este proceso se lo denomina curación del cannabis y se realiza después de su cosecha, cuando la planta está seca y lista para llegar a las manos de los consumidores.

Consta de los siguientes pasos: el cannabis se corta, se separa de las flores y se seca; luego se almacena en recipientes herméticos y oscuros en un lugar fresco y seco hasta que los brotes se hayan rehidratado ligeramente.

El secado inicial ubica la humedad hacia el centro de la planta, pero el hacinamiento en un frasco sellado obliga a esta a distribuirse de manera uniforme, lo que contribuye al metabolismo de azúcares, almidones y nutrientes de la cepa.

De acuerdo con el portal especializado Leafly, un buen manejo en este procedimiento de curación logra que el cannabis conserve su frescura hasta por dos años.

¿A qué no debería oler el cannabis?

Caso contrario, al acelerar este proceso o completarlo incorrectamente, la marihuana tiene olores inapropiados y riesgosos para la salud de los consumidores.

El artículo menciona que el proceso de curado es largo y delicado porque requiere de ambientes controlados con niveles específicos de temperatura, humedad y circulación de aire.

«Si el cannabis tiene un aroma parecido al amoníaco o al pasto recién cortado, es un indicador de que algo salió mal durante el proceso de secado o de curado. Lo más probable es que el cannabis no se haya curado por completo», indica el citado artículo.

Marihuana tóxica

Otro aroma que indica la mala calidad de la marihuana es el similar a una toalla húmeda, lo que podría indicar contaminación por moho, lo que ocurre cuando se almacena o se cultiva la planta mojada.

En este caso, examinar físicamente la planta es la principal recomendación, ya que algunos efectos contaminantes, como el moho, son visibles a simple vista.

Por lo tanto, es preciso consumir solo cannabis con apariencia saludable. Esto es debido a la importancia que tiene el aroma en el consumo del cannabis, tanto como estimulante como relajante.

Con información de Leafly, Semillas de Marihuana, Colorado.gov y GreenParrotsSeeds

Categorias: Cultura cannabica
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