La situación de la cannabis en Puerto Rico está mejorando cada día. Si bien la marihuana medicinal fue aprobada desde 2015 con grandes resultados, tanto gubernamentales como empresariales, ahora una ley hará que la planta se investigue a fondo en la isla caribeña.
Resulta que hace unos días el gobernador Ricardo Rosselló firmó la poderosa “Ley Medicinal”, la cual permite el estudio, la investigación y el desarrollo de la marihuana en todo Puerto Rico. Algo que suma apertura y permisividad para que la cultura cannábica en la isla se desarrolle por completo y a más velocidad.
Para Rosselló no bastaba con tener una simple legalización de la cannabis medicinal. Las cosas debían seguir mejorando, por lo tanto esta ley viene a organizar el panorama de la planta en la isla.
Y es que la anterior administración “ignoró el proceso legislativo y, tras una orden ejecutiva, promulgó un reglamento sin debatir debidamente con todos los sectores y representantes elegidos por el pueblo», dijo, después de firmar el proyecto de ley.
Ante una sociedad tremendamente arraigada en el catolicismo conservador y contrincantes políticos que auguraban un fracaso en el tema de la cannabis en Puerto Rico, el gobernador ha dejado claro que la nueva ley no hace más que fortalecer el discurso sobre las ventajas del cultivo y venta de cannabis.
La ley está pensada más para apoyar a la industria médica y farmacéutica antes que a la empresarial. Por lo que una parte de los ingresos fiscales que resulten de las ventas de la planta irán a parar directamente a la atención médica. Es decir, el 10% irá al Hospital de Traumatología del Río Medical Center.
Lo que pasa es que Rosselló no es un político cualquiera. Antes de tomar el mando de la isla caribeña, Ricardo se desarrollaba como un prestigioso neurocientífico e investigador ligado a la industria médica. Su papel cercano a pacientes con enfermedades degenerativas lo hizo repensar las bondades de la cannabis.
“Como científico, sé de primera mano el impacto que la cannabis medicinal ha tenido en pacientes con diversas enfermedades. Ha llegado el momento de que Puerto Rico se una al flujo de países y estados que han creado legislaciones similares con éxito”, concluyó, al firmar la nueva Ley Medicinal.
Resulta fascinante que el principal apoyo a los pacientes venga directamente del propio gobernador, quien ha apostado por un Puerto Rico más libre y abierto. A pesar de ser un territorio de Estados Unidos, la isla ha puesto el ejemplo para que muchos estados de la unión americana que aún no se atreven a legalizar el uso médico de la cannabis lo reconsideren.
Hasta el momento, tratamientos con cannabis pueden recetarse a pacientes de Puerto Rico con enfermedades que van desde el VIH y el Alzheimer, hasta glaucoma, Parkinson, esclerosis, migrañas y toda enfermedad que no responda a los tratamientos tradicionales. La ley también buscará agilizar las solicitudes de los pacientes que requieran tratamiento.
“Estamos hablando de potencialmente 50,000 empleos directos e indirectos en Puerto Rico, inversión de capital de sobre $200 millones. O sea, que, ciertamente es una industria bien grande, muy robusta y poderosa”, afirmó el gobernador.
Con 3.5 millones de habitantes, Puerto Rico se impone como un ejemplo para Latinoamérica y decenas de estados norteamericanos para abrirle las puertas a la investigación y el desarrollo de una industria en ascenso que deja ganancias millonarias y parece no detenerse.
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