En medio de la polémica por el aplazamiento de la Ley para Regular el Cannabis, los campesinos de la Sierra de Guerrero consideran que la ley lograría que sus tierras se conviertan en un paraíso para el cultivo legal de la marihuana.
Un reportaje realizado por el portal VICE se dio a la tarea de visibilizar la situación por la que atraviesan los agricultores de esta zona, quienes a pesar de la prohibición del cultivo, comienzan a prepararse para competir en el mercado legal.
Sierra de Guerrero: el paraíso de la marihuana
Según un reportaje de Noticieros Televisa realizado en 2018, durante más de 40 años, la zona conocida como El Filo Mayor fue líder en el cultivo de amapolas, hasta que, a finales de 2018, la violencia por el narcotráfico y el mercado neoliberal acabaron con el negocio.
Desde entonces, decenas de familias de pequeños agricultores han migrado, lo que dejó a las tierras a merced de grupos de delincuentes que no pueden pagar la elevada cuota por derecho de piso para operar en la zona.
De acuerdo con VICE, la nueva apuesta de los campesinos es el cannabis y sus fines medicinales, por lo que sus esperanzas están puestas en el Senado, quien tiene como plazo hasta el próximo 30 de diciembre para regular el cannabis.
En entrevista con el citado medio, Serafín, uno de los cultivadores de la zona relató que su mayor anhelo es que el negocio legal del cannabis en México sea una fuente formal de empleo digno y que haya normas que lo controlen.
Cultivo ilegal de amapola
La pobreza y las pocas oportunidades en la Sierra de Guerrero ocasionaron que más de 50 000 personas, ahora desplazadas por la violencia, se dedicaran al cultivo ilegal de amapolas.
Cifras de la Unión de Comisarios de la Sierra indican que los excultivadores abandonaron masivamente los campos, donde ahora se pretende cultivar cannabis.
Sin embargo, la violencia y el poco control gubernamental es un foco rojo que sigue amenazando a los cultivadores, mientras no exista control estatal.
En tanto, algunos de los campesinos que se quedaron obtienen un promedio de $150 pesos al día por el trabajo en los campos de cannabis, cifra que es superior a la que gana el resto de los jornaleros en el país.
Campos de marihuana
Los agricultores viven día a día con miedo de que sus cultivos de marihuana, cuyo costo promedio supera los $30 000 pesos mexicanos, sean descubiertos y erradicados por el Ejército, situación que cambiaría radicalmente con la regulación.
«Pienso que el Gobierno va a venir a revisar cuántas matas sembraste… y en vez de que tú lo vendas al narcotráfico, ya lo vas a vender a un mercado que esté regulado», indicó Serafín.
«La regulación de cannabis y de amapolas no es el fin, y no va a ser la vara mágica, ya que no hay una sola cosa que vaya a arreglar todos los problemas en México», agregó Zara Snapp, cofundadora del Instituto Ría y promotora de la campaña #RegulacionPorLaPaz.
Cultivo legal con calidad
Otro punto a favor del cultivo legal es la certidumbre que puede ofrecer la industria cannábica, tanto a sus consumidores como a los cultivadores, pues la idea es cultivar con criterios de calidad e incluso ofrecer productos libres de pesticidas.
Mientras que estas condiciones no se realicen, no hay que perder de vista el problema de los acaparadores y las dinámicas depredadoras del mercado, que constituyen un riesgo inminente.
Dichas prácticas ponen en riesgo a los agricultores, pues en caso de caer en manos del crimen organizado, se tornarían extorsivas y con pagos mínimos para los cultivadores en comparación con los estándares del mercado.
«Seleccionamos flor por flor y las limpiamos. Una vez secas, las limpiamos de nuevo, después trimeamos y las ponemos a secar en un bote de cristal que vamos abriendo cada día. Si usted fumara, preferiría fumarse una colita de este cogollo que una marihuana prensada sin color u oxidada… Ahora la planta vale más», recalcó Serafín.
Por su parte, para lograr una regulación equitativa, el Instituto Ría considera que debe contemplar permisos de siembra y de cultivo de cannabis para ejidos, bienes comunales, propiedades cooperativas y pequeños propietarios.
Mano de obra barata
Caso contrario a lo anteriormente mencionado, los campesinos corren el riesgo de caer en manos de organizaciones criminales, quienes verían en ellos una masa de mano de obra barata con sueldos miserables, que los ayudaría a competir con cierta ventaja en el mercado.
Otro de los obstáculos que enfrentan los campesinos de la Sierra de Guerrero son las condiciones agrícolas, las cuales, según agrónomos de la Universidad Autónoma de Chapingo, no son las ideales para el cultivo de cannabis.
De acuerdo con los expertos, los climas propicios para el cultivo de cannabis son los templados calientes, muy diferentes al del Filo Mayor, que es templado frío, ideal para el cultivo de la amapola.
Pese a las desventajas, los cultivadores de la Sierra de Guerrero pretenden continuar sus experimentos en aras de que, en los próximos meses, el Senado dé luz verde a una regulación justa.
Con información de Noticieros Televisa y AP
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Foto: Factor Noticia / Twitter
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