Si, Estados Unidos puede sonar como el paraíso económico y social de la cannabis a nivel mundial. Con 29 de sus 50 estados aceptando la cannabis medicinal y 8 más permitiendo la marihuana recreacional, el país más poderoso del mundo suena como la gran nación para invertir en cannabis en las próximas décadas.
Pero esto no es del todo cierto. Antes que los avances estadounidenses con la legalización de la planta, hay otras naciones que están por hacer movimientos muchos más radicales e inteligentes para meterse de lleno a la industria cannábica.
Uno de los casos más interesantes es el de Canadá. La nación del maple y Justin Bieber está reconociendo aceleradamente los beneficios que la industria de la marihuana medicinal le aporta a sus ciudadanos. Además, ya hay una fecha tentativa para que el vecino norteño de Estados Unidos apruebe completamente el consumo recreacional de la planta.
El futuro huele a maple
Julio del 2018, han decidido las autoridades políticas canadienses como la fecha clave para avanzar de lleno en la legalización nacional de la marihuana en todo el país. Y eso es algo que muchos inversionistas están desperdiciando desde ahora. Si bien Canadá no se ha cruzado de brazos y varias de sus empresas ya se encuentran participando en la fiesta cannábica estadounidense que genera millones de dólares anualmente, muchos de sus inversionistas y empresarios también están atentos al caso Uruguay y Chile.
Y es que las naciones latinoamericanas fueron las primeras en realmente vencer los prejuicios políticos respecto al consumo de cannabis. Logrando en Uruguay la histórica decisión de permitir el consumo recreativo en todo el país, algo que las grandes naciones extranjeras intentar simular en pocos años.
Las ganancias están a un mar de distancia
Pero si creían que Estados Unidos representaba el gran mercado consumidor de hierba con sus 325 millones de habitantes, quizá estén equivocados. Hay un territorio mucho más vasto y consumidor esperando avances en el tema. Se trata de la Unión Europea, un conglomerado de países que ronda los 510 millones de habitantes y que está generando avances potentes relacionadas con la marihuana medicinal.
Y es que el mercado europeo tiene un elemento que le da ventaja sobre sus competidores americanos, se trata de sistemas médicos mucho mejor estructurados y con más inversión por parte de sus gobiernos. Si la cannabis estadounidense se distribuye bien, la europea se estudia mucho mejor.
En varias naciones de Europa los residentes que buscan terapias naturales son escuchados y valorados; además, existen mandatos respaldados por los gobiernos para detener la creciente adicción a los opiáceos relacionados con el tratamiento del dolor crónico. Esto muestra que realmente hay una estrategia de fondo que ampara cada decisión legal respecto a la marihuana.
La conquista verde avanza una nación a la vez
Alemania aprobó recientemente el consumo de cannabis medicinal bajo el gobierno de Angela Merkel, la llamada “mujer más poderosa del mundo”. Otras naciones como Portugal, Polonia, España y Reino Unido ya permiten tratamientos similares. El caso más reciente y que cimbró a la opinión internacional fue el de Grecia, que ya permite consumir marihuana medicinal en enfermedades y padecimientos que van desde cáncer terminal hasta dolores de cabeza.
En conjunto, vemos cómo estas naciones que se suponían conservadoras están cambiando rápidamente al ver los buenos resultados de los programas de consumo de marihuana medicinal en sus pacientes. Italia es un ejemplo claro, ante los avances de sus vecinos, la nación de Bernini está reforzando cada vez más su reciente programa de investigación sobre la planta.
Esto significa que los inversores de la cannabis que se centran exclusivamente en América del Norte están perdiendo el enorme potencial que se encuentra cruzando el Atlántico.
Estados Unidos aún deslumbra a la mayoría
La idea de invertir en Estados Unidos es tentadora pero no siempre acertada. Muy similar a apostar al caballo más famoso: aparenta el éxito pero no siempre lo consigue. En este caso, la inversión en la industria cannábica estadounidense está plagada de normas y leyes pequeñas.
En principio porque el gobierno federal encabezado por Donald Trump considera a la marihuana tan peligrosa como la heroína. Además de que las legislaciones sobre la planta cambian de estado en estado. No es lo mismo vender cannabis en California que en Florida. Y uno de los temas más sonados son los excesivos impuestos que pone cada estado para permitir la venta de cannabis.
Existen zonas de Estados Unidos en donde el gobierno estatal llega a quedarse con más del 30% de las ganancias, algo que deja desilusionados a los inversores impulsivos que no leyeron las famosas letras chiquitas.
Ventajas alternas
Contrario a los intereses del gobierno por quedarse por una buena parte de las ventas totales de cannabis, en Europa las cosas se hacen de otra manera. En Alemania, por ejemplo, la cannabis no recibe un cargo especial para venderse a farmacias y se distribuye bajo el impuesto regular que tiene cualquier otro medicamento.
Y es que en estos países el principal motor para permitir el consumo de la cannabis medicinal son precisamente los pacientes que la necesitan. Fue la demanda de tratamientos alternos para aliviar padecimientos y enfermedades crónicas lo que estimuló las legislaciones a favor de la planta. Sobre todo en casos como el alemán o el italiano.
Además de que Europa está dándole permisos a la cannabis para derrocar a un gran enemigo: los opiáceos. Al igual que en Estados Unidos, los tratamientos de este tipo están generando tasas tremendas de mortalidad y adicción, al punto de considerar a estos medicamentos como una epidemia a vencer por parte de los gobiernos europeos.
Si bien muchos de los medicamentos derivados del opio realmente ayudan a sanar dolores fuertes en los pacientes, la dependencia a estos están generando adictos involuntarios. Y es ahí en donde los tratamientos derivados de activos de la marihuana son realmente eficientes, al no crear adicción alguna y solucionar el problema con la misma efectividad de los opiáceos la gente está solicitándolos y esto a los gobiernos les parece bien.
Los prejuicios existen en Europa al igual que en América y todo el mundo. Millones de personas consideran aún a la marihuana como una droga más que no tiene beneficio alguno. Es mediante las pruebas médicas de la mejora de los pacientes y las investigaciones serias cuando las naciones se atreven a probar y legislar a favor de la apertura hacia la planta.
Sobre todo las naciones europeas, el verdadero mercado cannábico a seguir durante los próximos años.
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