La creciente tendencia de éxito de la industria cannábica dio pie a que decenas de empresarios repensaran la forma de hacer negocios con esta planta. Sin embargo, el camino de aceptación para este tipo de empresas ha sido muy largo, por lo que es necesario romper los estigmas que pesan sobre esta planta.
Hoy en día, muchos de los mitos que pesaban sobre el cannabis son obsoletos y solo representan estereotipos opresivos que criminalizan a los consumidores. Debido a esto, la forma en la que se manejan los negocios del cannabis es mal vista porque se considera ilegal.
Estigmas sobre el cannabis
En una columna publicada por GreenEntrepreneur, Evan Nison, dueño y fundador de la firma Cannabis PR and Marketing, aludió que los líderes empresariales del cannabis tienen la responsabilidad de combatir los estigmas contra esta planta y la historia opresiva que la acompaña.
«Durante décadas, el gobierno de Estados Unidos y sus aliados demonizaron al cannabis a través de una asociación negativa con los inmigrantes mexicanos. Este antagonismo aún persiste hoy, ya que los inmigrantes negros y latinos son atacados regularmente en la frontera y en todo el país», señaló el empresario.
A continuación, presentamos cinco estigmas sobre el cannabis que impiden el desarrollo pleno de su industria:
1. El cannabis es inseguro
Cuando se abrió el mercado del cannabis para su venta legal, muchas personas se preocuparon por la seguridad que debían brindar las marcas de cannabis para el consumo de sus productos. Algunos confiaron y otros no, porque la creencia popular sobre la marihuana indica que el consumo de esta planta no es seguro. Aunque algunos productos han tenido éxito en el mercado por los buenos resultados, otros han hundido la credibilidad del buen uso de la planta.
Tal es el caso de la marca de cannabis THC Living, la cual lanzó un nuevo producto llamado Canna Bumps, un concentrado de cannabis que, para su consumo, debía ser aspirado por la nariz. Este hecho provocó una controversia, pues se igualó a este producto con el consumo de drogas como la cocaína.
Sin embargo, aunado a su controversial forma de consumo, lo que finalmente sepultó al producto fue que, en su etiquetado, no se decía que cada dosis de 10 miligramos contenía 2 miligramos de THC.
Si bien es cierto que los consumidores asumen un riesgo al adquirir productos derivados, cada marca debe probar sus lotes de productos en el laboratorio. La información sobre la marca y el artículo debe estar fácilmente disponible.
2. Falsos estereotipos sobre el cannabis
La publicidad y el marketing cannábico dieron pauta para que proliferaran imágenes estereotipadas sobre lo que representa consumir cannabis. Muchas de estas se alinean con el sexismo y con el patriarcado, lo que usualmente hace el marketing y la publicidad tradicional.
Lo extraordinario es que, en la industria cannábica, según un informe de MJBizDaily en 2019, un tercio de los ejecutivos son mujeres, pero esto no erradicó el sexismo.
3. La industria del cannabis debe operar con equidad social
Para Nison, todas las empresas del cannabis deben operar con equidad social dentro y fuera de sus instalaciones. No solo se trata de brindar las facilidades para programas sociales o tratamientos de recuperación contras las adicciones, sino también de que existan las condiciones necesarias para un trabajo digno en el entorno laboral de cada empresa.
«Como líder socialmente responsable, es fundamental asociarse y trabajar junto con otras empresas que comparten valores organizativos de equidad social. Con demasiada frecuencia, olvidamos que tenemos el poder de ser selectivos y dar nuestro propio ejemplo en este mercado emergente», señaló Nison.
4. Criminalizar a los consumidores
Otra problemática relacionada con el estigma que pesa sobre el cannabis tiene que ver con los atributos negativos que usualmente se les dan a sus consumidores. Muchos han sido excluidos de la sociedad por su preferencia, debido a la idea de que hay algo intrínsecamente malo en ellos.
Es importante no dejar de lado la probabilidad de que un consumidor genere dependencia hacia la planta. Sin embargo, es importante encontrar elementos que permitan entender el narcotráfico atendiendo al pasado de la producción, consumo y cultura de las drogas.
No hay que olvidar que la figura del adicto es anterior a la aparición del narcotráfico y los consumidores seguirán estando aquí una vez que la prohibición finalice. Por ello, es importante entender al narcotráfico como un capítulo de la historia de las drogas.
5. Falta de claridad sobre el cannabis
En el mercado cannábico, la falta de claridad es el mayor problema tanto de las empresas como de los propios legisladores, quienes no saben cómo aplicar una regulación efectiva.
En entrevista con el periódico El Economista, Mariana Larrea, abogada especialista en salud y regulación sanitaria, indicó que no hay reglas claras para el sector empresarial y los inversionistas prefieren no tomar riesgos y no entrar en el mercado del cannabis en México. Por otro lado, sucede lo mismo con los legisladores, quienes han postergado durante años la regulación de esta planta.
«En Canadá, cuando compras un producto que contiene cannabis, escaneas un código que te lleva a una liga, te desglosa cada parte del proceso industrial de tu producto, desde por donde paso la semilla hasta cómo llegó al pan que te vas a comer o a la crema que te pondrás en la cara. Esta claridad tan explícita ayuda al consumidor a consumir seguro y, a la industria, a consolidarse sin tapujos como un motor importante de la economía», puntualizó la especialista.
Con información de Green Entrepreneur, Culturaydroga.edu y El Economista
Foto: Plants for Persephone / Unsplash
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