Solo faltan 44 días para las elecciones presidenciales en Estados Unidos y la despenalización del cannabis es un tema clave para discutir. Joe Biden, candidato del Partido Demócrata, ha dejado ver abiertamente su postura sobre la marihuana.
Para Biden, el uso legal de la marihuana medicinal en dos tercios del territorio estadounidense, aunado al consumo adulto permitido en 11 estados, representan dos temas complicados, debido a que en, el pasado, su trabajo como burócrata se destacó por defender la catalogación de la marihuana en la Lista I de las sustancias ilícitas no permitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Basado en el desarrollo innegable de la industria del cannabis, la postura de Biden se ha mostrado un tanto flexible, aunque no siempre ha sido así. Hace dos décadas, el candidato fue pieza clave en la batalla en contra de la marihuana.
Entre 1980 y 1990, el ahora candidato se destacó como un reaccionario contra el consumo de cannabis. Durante este periodo, el exlegislador presentó múltiples proyectos de ley que tenían como objetivo tratar con dureza a los delincuentes que producían y distribuían sustancias ilícitas, como la marihuana. Dichas iniciativas también exigían penas de prisión más severas para los consumidores de estas drogas.
Incluso, Biden tuvo que ver con la Ley de Control de Delitos Violentos y Aplicación de la Ley publicada en 1994, iniciativa que tuvo un impacto clave en las altas tasas de encarcelamiento por delitos relacionados con el consumo de drogas.
A 26 años de distancia, el reclamo de Biden tuvo un cambio considerable, pues en enero de 2019 reconoció su error respecto a los encarcelamientos, aunque su postura en cuanto a la regulación de la marihuana seguía siendo poco abierta.
"Hay una diferencia entre enviar a alguien a la cárcel por unas onzas y legalizarlo. El castigo debe ajustarse al delito. Pero creo que la legalización es un error. Todavía pienso que es una droga de entrada", aludió el demócrata en entrevista con ABC News.
Con el paso de los años, la idea sobre la regulación del cannabis entre los norteamericanos se abrió paso. Hoy en día, una encuesta de Gallup reveló que 66 % de los estadounidenses están a favor de la legalización nacional del cannabis. Pese a esto, el camino para la legislación es complicado.
En julio pasado, Joe Biden difundió un documento de 100 páginas que describe su propuesta de campaña, mediante el impulso a temas clave. Uno de estos aborda la legalización federal de la marihuana.
Mucho se ha hablado respecto al cambio de postura de Biden, pues su partido apuesta por la regulación federal de la planta con autonomía estatal en la toma de decisiones con respecto a la marihuana recreativa.
El cambio fue considerable, pues de ser uno de los principales instigadores contra la planta, ahora Biden apoya la despenalización de la marihuana y la eliminación automática de antecedentes penales por su posesión para que los afectados no tengan que averiguar cómo solicitarla o pagar un abogado para realizar dicho proceso.
Lo interesante del tema y lo que también ha ocasionado polémica es que Biden tiene como objetivo deshacer algunas de las desigualdades sociales causadas por la guerra contra las drogas, de la que fue instigador durante los ochentas.
Para esto, el primer paso es eliminar a la marihuana de la denominada Lista I, que agrupa sustancias ilícitas sin fines medicinales, y pasarla a la Lista II, que le da al cannabis un posible uso médico.
La diferencia radica en que, aunque ambas listas están formadas por sustancias propensas a la dependencia, el uso médico otorgaría a la marihuana la necesidad de ser investigada y supervisada, lo que crearía un aliciente para el desarrollo de la industria cannábica. Lo anterior produciría un beneficio económico, debido al posible crecimiento de las empresas auxiliares involucradas en la cadena de suministro.
Tales consecuencias también brindarían mejoras en otros aspectos, como la posible reforma bancaria para otorgar créditos a la industria cannábica, pues la ilegalidad de esta planta impide a los bancos y a las cooperativas de ahorro y crédito otorgar apoyos a los emprendedores.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, pues diversos especialistas, como el financiero Sean Williams, han alertado sobre los peligros que acarrearía la postura de Joe Biden.
Williams alega que el esquema del demócrata traería una pesadilla logística para la industria de la marihuana, al reforzar el poder de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) como órgano rector de todo el proceso.
De acuerdo con Williams, existe el riesgo de que la FDA imponga regulaciones muy estrictas a la industria, debido a que no solo se encargaría del ámbito legal, sino también sería responsable de supervisar la fabricación, el envasado y la distribución del cannabis,. Esto impondría requisitos estrictos a los productores con respecto a los niveles de tetrahidrocannabinol (THC).
En este sentido, el congresista Earl Blumenauer, en entrevista con Marijuana Moment, catalogó al plan de Biden como "sin sentido", debido a la simpleza de sus elementos, pero dejó entrever la posibilidad de que Biden al final de cuentas resulte un "jugador constructivo" en torno al desarrollo de la industria del cannabis bajo una regulación a favor del gobierno.
The Motley Fool, El Planteo, ABC News y Marijuana Moment
Foto: Collague / Unsplash
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