¿El cannabis puede curar la COVID-19?
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Algunas personas lo administran a sus mascotas para tratar algún dolor sin saber si es benéfico o no. Investigan efectos del CBD en caninos.
El cannabidiol (CBD) es un compuesto no psicoactivo derivado de la cannabis, que está siendo investigado y utilizado terapéuticamente hace un tiempo en algunas patologías humanas de gravedad y curso crónico. La popularidad alcanzada en algunos estados, como en Colorado, ha hecho que los extractos de cáñamo de las plantas ricas en CBD ya se encuentren disponibles y puedan ser adquiridas en línea o en la tienda de mascotas del barrio, productos que muchas veces, ni siquiera han sido revisados por expertos en tratamientos caninos.
El hecho real es que varios dueños compran alimentos en base a cannabis o medicación expendida para humanos, y se lo administran a sus perros para mitigar alguna sintomatología dolorosa como es el caso de la artritis, sin saber exactamente cómo dosificar y qué resultados esperar, lo que podría traer severas complicaciones para la salud del animal, o no cumplir en absoluto con la función terapéutica deseada.
Otro caso en que estos fármacos podrían ser de utilidad es para la epilepsia. Puesto que en el caso de los fármacos anticonvulsivantes convencionales, aproximadamente un 30% de los perros continúan experimentando ataques y efectos secundarios tan debilitantes, que muchas veces sus dueños optan por someterlos a eutanasia.
Por este motivo es que se ha empezado a investigar en los perros, para tener datos clínicos fidedignos y aplicables con seguridad, como una forma de mejorar su calidad de vida.
En base a esta realidad sobre el CBD y el mejor amigo del hombre, es que veterinarios de la Colorado State University (CSU) están llevando a cabo un estudio clínico del CBD sobre su uso en enfermedades caninas, debido entre otras causas, a las trabas legales para realizar este tipo de estudio, más aún, en estados en que su legalización no ha sido realizada.
Esa sí como la neuróloga veterinaria de la CSU Stephanie McGrath, que dirige un equipo de investigadores, han empezado a hallar algunas respuestas a las interrogantes de tratamiento
Es así como en marzo del 2016 este equipo realizó un estudio sobre seguridad, farmacocinética y toxicidad del CBD en una población canina sana, que dio el inicio para evidenciar que los niveles de este compuesto eran medibles en sangre y que su seguridad justificaba la realización de un estudio clínico.
Para la investigación, 30 beagles recibieron una aceite concentrado de CBD en altas dosis que había sido obtenido del cáñamo. Probaron tres métodos de dosificación: crema transdérmica, cápsula y tintura, siendo esta última la que demostró mayor seguridad y facilidad para medir las concentraciones sanguíneas del producto.
Algunos de los efectos secundarios presentados fueron diarrea y elevación de enzimas hepáticas en mediciones de sangre.
Estos resultados dados a conocer por la CSU fueron suficientes para recibir la aprobación para su realización en estudios clínicos.
En el mes de noviembre, el grupo de CSU empezaron a incorporar perros para el estudio clínico para realizar dos ensayos clínicos que pretendían medir la efectividad del aceite de cáñamo producido por Applied Basic Science Corp. (ABSC), en el tratamiento de los síntomas asociados a osteoartritis y epilepsia.Estos estudios, se realizaron con un método doble ciego, controlado con placebo.
Para el caso de los estudios dirigidos a la epilepsia, lograron inscribir a 16 pacientes con esta patología, ensayo a cargo del Dr. Felix M. Duerr , un cirujano veterinario de la CSU.
Durante el ensayo que dura 12 semanas, los dueños de los canes llevarán un control diario de las convulsiones experimentadas. Además, estos pacientes son sometidos a análisis de sangre cada cuatro semanas.
El estudio para la osteoartritis incluyó a 20 pacientes , que también consistió en un estudio doble ciego con cruce de 12 semanas, que implica que por había una alternancia en la recepción del fármaco y del placebo entre el grupo en estudio y el de control de 6 semanas cada uno.
Los pacientes tenían que caminar por 15 minutos diarios, controlando sus signos vitales a través de un collar doggy Fitbit. Además, cada 2 semanas el paciente debe ser sometido a algunos análisis de laboratorio.
Este es el caso de Riley, una hermosa terranova de escasos 3 años, afectada de artritis, que ha sido sometida a cirugías para tratar una displasia de codo y un ligamento cruzado anterior (LCA) roto, lo que ocasiona que no pueda jugar por mucho tiempo sin experimentar dolor y cansancio. A veces sufre dolores nocturnos muy severos que le ocasionan gran sufrimiento.
Riley participó en un estudio con el uso de células madres en la CSU, cuyo efecto alivió el dolor por unos meses, pero abruptamente, dejó de funcionar.
Es ahí cuando su propietaria, Astonna McCoy supo de los ensayos de CBD en perros con artritis. Dado el anterior fracaso de tratamiento y los dolores sufridos por Riley, es lo que la decidió participar en el estudio, no sin antes tener que vencer algunos temores sobre darle un derivado de la marihuana a su fiel compañera canina.
A las 4 semanas del estudio, los resultados no han sido constantes, ya que hay días que experimenta gran mejoría y se muestra juguetona y activa, y otros en los cuales muestra apatía y desgano.
Por lo que McGrath y Duerr esperan ver los resultados de estos estudios clínicos, que se piensa será en unos 12 a 18 meses más.
Los ensayos clínicos son muy costosos, más aún, sumado a las complicaciones que involucran los aspectos legales, que determina que sea todo un desafío llevarlos a cabo.
De hecho, la CSU cuenta con un equipo legal de apoyo para el seguimiento de los productos derivados del cáñamo, por lo que, aprovechando su experiencia han creado un FAQ en base a la investigación con cannabis, para aquellos científicos que deseen seguir estas temáticas.
Los estudios de la CSU utilizando tintura de CHO, han sido financiados por el productor ABSC.
Si tenemos que hablar de costos, los estudios de toxicidad y farmacocinética le significaron a la compañía unos USD 250,000 cada uno.
Pero ABSC no es la única empresa que invierte en investigación, pues Therabis Pet Products, que es una filial de Dixie Brand, apoya las investigaciones realizadas por la Escuela de Medicina Veterinaria de la University of Pennsylvania.
Estos estudios y productos de CBD han sido bien recibidos por la comunidad veterinaria y el público en general, que buscan, como fin último, el mejoramiento de la calidad de vida de sus perros, que son un miembro más de las familias actuales.
Por lo que manifestó Moche, de ABSC: "Estamos buscando dar a los dueños de mascotas un poco de comodidad y a las mascotas, un poco de alivio."
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