El Senado de Uruguay aprueba regular la marihuana medicinal
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Uno de los sectores industriales con mayor poder económico es la industria tabacalera; sin embargo, pese a su poderío, desde 2016 ha implementado diversas acciones para ganar aliados cannábicos. Ahora bien, la pregunta que ronda en el aire es, si las tabacaleras podrían corromper a la industria del cannabis.
El primer acercamiento de las grandes tabacaleras con la industria del cannabis comenzó en 2016, cuando la firma Philip Morris International (PMI), que produce marcas como Malboro invirtió 20 millones de dólares en la empresa israelí Syqe Medical, que desarrolló un inhalador de cannabis medicinal.
Dos años más tarde, la tabacalera británica Imperial Brands anunció una inversión importante en el proyecto Oxford Cannabinoid Technologies (OCT) centrado en la investigación, desarrollo y la concesión de licencias de compuestos con base en cannabinoides. A este esfuerzo económico se le sumó Casa Verde Capital (CVC), fondo de inversión cofundado por el rapero y empresario cannábico estadounidense Snoop Dogg. Otra tabacalera importante, Altria Group compró 45 % de las acciones de la empresa canadiense Cronos Group, firma que invierte en las compañías productoras de cannabis.
Para 2019, Imperial Brands tuvo otro paso importante al invertir 123 millones de dólares en Auxly Cannabis Group, una empresa canadiense que desarrolla, fabrica y distribuye productos de cannabis para consumidores recreativos y de bienestar.
Finalmente, hace algunos meses, la British American Tobacco (BAT) lanzó al mercado un producto de vapeo. Al mismo tiempo, esta compañía invirtió 25 millones de dólares en Trait Biosciences, firma de investigación de cannabinoides centrada en bebidas con CBD.
Todas estas acciones parecen contundentes en el acercamiento de las tabacaleras con la industria cannábica: pero, existen datos aún más precisos sobre cómo podrían fusionarse estos dos negocios.
En entrevista con el diario británico The Mail, Jacek Olczak, director ejecutivo de Philip Morris International señaló que, los cigarrillos como automóviles de gasolina deberían de prohibirlos en 10 años. Tal declaración provocó polémica, puesto que va en contra de la esencia del negocio.
Pese a esto, la posible respuesta al por qué iniciar esta polémica, la dio Kingsley Wheaton, ejecutivo de British American Tobacco (BAT) quien, en entrevista para BBC Radio, aludió que, el cannabis y sus derivados son parte del futuro de toda la industria tabacalera, pues el vapeo es una opción saludable para reducir el daño por el consumo de nicotina.
En este sentido, Philip Morris, aseguró que su empresa está evaluando factores como la toxicidad del cannabis, la eficacia y las diferencias entre las opciones farmacéuticas y de los consumidores. “La compañía todavía está analizando la industria porque el mercado es muy joven y aún no hay una regulación sólida, añadió.
Esta estrategia se denomina como Beyond Nicotine e incluye agregar botánicos para expandir productos de riesgo reducido con nuevos sabores como clavo, anís estrellado o manzanilla. Entre los beneficios para los consumidores se encuentran ayudar a dormir, tener más energía y calma.
Respecto al por qué, los consumidores están dejando el tabaco por el cannabis, un informe de Truth Initiative, una organización sin fines de lucro para el control del tabaco, indicó que las nuevas generaciones tienen mayor preferencia por el cannabis y están dejando el tabaco porque les gusta más usar los cigarrillos electrónicos para vapear.
Aunado a esta tendencia de consumo, hay que precisar que, el interés de las grandes tabacaleras en la industria del cannabis no solo es visible en sus operaciones comerciales, sino también a través de las operaciones de cabildeo. Tal es el caso de la tabacalera Altria, empresa que ha ejercido presión por las ventas de cannabis en el estado de Virginia.
Asimismo, hay que precisar que el vínculo entre las firmas cannábicas y tabacaleras no está del todo aprobado por las autoridades estadounidenses, pues el senador Chuck Schumer indicó que, lo que menos que se espera con la regulación a nivel federal es que, las grandes compañías tabacaleras y de bebidas alcohólicas no se abalancen sobre el control de la industria del cannabis.
A fin de evitar que las multinacionales tabacaleras engañen al público, la legislación prevé sancionar al marketing muy agresivo que, engañe al público respecto a los beneficios o perjuicios del consumo de cannabis, tal como se hizo durante décadas con el tabaco.
Otro punto a considerar es la adicción al tabaco que, de acuerdo con teorías conspirativas, la industria tabacalera manipuló la composición química de los cigarrillos, agregando amoníaco, sustancia que provoca que la nicotina llegue más rápido al cerebro, y por ende, sea más adictiva. Este es otro de los grandes miedos respecto al por qué las tabacaleras podrían corromper la industria del cannabis.
Con información de Forbes, Larepublica.co, El Sol de Mexico y Lasdrogas.info
Foto: Nguyen Linh / Unsplash
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